Masacre de las bananeras: ni perdon, ni olvido
El 5 y 6 de diciembre no podemos dejar pasar uno de los crímenes más terribles que cometió el Estado colombiano contra la clase obrera; para fines del siglo XIX e inicios del XX varias empresas capitalistas invirtieron en el área agrícola y ganadera principalmente en la región de la Costa Atlántica; en el año de 1890 llegó a Colombia Minor Keith el hombre que dirigía a United Fruit Company; dicha empresa comenzó a mover la producción de banano en el país y extendió su inversión a otros países como Jamaica, Cuba, Panamá, República Dominicana y Costa Rica.
Durante los primeros años, la empresa buscaba atraer mano de obra con salarios altos para hacer crecer el negocio, la inversión de estos capitalistas gringos trajo un “desarrollo” para la región, pues se avanzó en la construcción de ferrocarriles con el fin de mover la producción, pero el desarrollo real estaba representado en ganancias altísimas para las empresas que vivían cómodamente a costa del trabajo de miles de obreros, mientras para estos significaba explotación y más miseria.
Para la década de los 20 el malestar del pueblo comenzó a gestarse por varias razones, en el caso de los cultivadores, la inflación y la desigualdad en las utilidades los comenzó afectar en ciertas zonas, además, la United Fruit Company tenía el monopolio de la producción bananera, dominaba los canales de riego, el ferrocarril y los créditos. En el caso de los campesinos sus condiciones de pobreza crecían, muchos fueron expulsados de sus tierras y obligados a irse a las plantaciones como trabajadores. Igualmente, las condiciones laborales de los obreros eran pésimas, sus salarios aumentaban, pero en la década de los 20 hubo un crecimiento de la inflación lo que llevo a que en la realidad esos salarios se vieran mermados.
Asimismo, en la década de los 20 las ideas de organización y exigencia de mejores condiciones de vida y de trabajo comenzaron a calar en los campesinos, artesanos y obreros en todo el país; en febrero de 1927 Ignacio Torres Giraldo y María Cano viajaron hasta la zona bananera como delegados del Partido Socialista Revolucionario, un año después volverían con Raúl Eduardo Mahecha. El 6 de octubre de 1928 en una asamblea de la Unión Sindical de Trabajadores del Magdalena realizada en Ciénaga se aprobó un pliego de nueve puntos, donde los trabajadores exigían lo siguiente:
1. Seguro colectivo obligatorio
2. Reparación por accidentes de trabajo
3. Habitaciones higiénicas y descanso dominical
4. Aumento en 50 % de los jornales de los empleados que ganaban menos de 100 pesos mensuales
5. Supresión de los comisariatos
6. Cesación de préstamos por medio de vales
7. Pago semanal
8. Abolición del sistema de contratista
9. Mejor servicio hospitalario.
Principalmente lo que exigían los trabajadores era que la empresa los reconociera como empleados directos, y aboliera el sistema de contratación indirecta, algo muy parecido a lo que hoy sucede donde las empresas contratan a través de empresas tercerizadoras (los ahora llamados ‘outsourcing’), para no cumplir con ciertos derechos laborales al trabajador. Sin embargo, la poderosa empresa capitalista hizo caso omiso a las exigencias obreras, y la huelga estallo el 12 de noviembre de 1928, inmediatamente el gobierno de Miguel Abadía Méndez servil a los intereses capitalistas le dio un tratamiento de guerra y envió al general Carlos Cortés Vargas para que reprimiera a los obreros.
Después de varios días donde el ejercito protegía completamente a la empresa y arrestaba y perseguía a los obreros, sucedió la masacre entre el 5 y 6 de diciembre; los militares llegaron aproximadamente a las 11 de la noche donde estaban congregados miles de trabajadores con sus familias, unos minutos después de advertir varias veces a los obreros que se fueran comenzaron a disparar, ejecutando así la matanza ordenada desde el Estado, cientos cayeron defendiendo sus derechos y luchando por mejores condiciones de vida ante sus explotadores.
Han pasado 95 años de esa masacre ejecutada por el ejército de Colombia al servicio de una multinacional, es una de las tantas masacres que ha cometido el Estado contra el pueblo colombiano, y las reivindicaciones laborales que pelearon los huelguistas de la zona bananera siguen siendo bandera de la lucha de resistencia, la clase obrera colombiana ha perdido muchos derechos, es de suma importancia que la historia del movimiento obrero de nuestro país sea conocido por cada trabajador, porque han sido décadas de atropellos por parte de los capitalistas, sus gobiernos y su Estado.
¡Viva la huelga!
¡Viva la clase obrera!
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