¡Impulsar y organizar las Asambleas Populares!

 

El capitalismo atraviesa por una época donde se agudizan todas las contradicciones, se presenta la disputa entre los diferentes países y bloques imperialistas, caso de la guerra entre Ucrania y la OTAN de un lado, y Rusia del otro; y de la masacre del imperialismo norteamericano-europeo y los sionistas de Israel contra el pueblo Palestino. Asimismo, también se agudiza la lucha entre la burguesía y la clase obrera mundial.

En los diferentes países las clases dominantes y explotadoras se disputan el mando de gobierno, ya sea a través de sus denominados matices de ultraderecha como sucedió recientemente en Argentina con Javier Milei, o con gobiernos reformistas como es el caso de Colombia y Chile, pero con el propósito común de mantener la explotación del hombre por el hombre y de seguirle dando vida al capitalismo causante de todas las penurias y horrores contra el pueblo.

En Colombia, a un año y cuatro meses de posicionado el gobierno de Gustavo Petro, se puede afirmar que los avances en las reformas fundamentales que beneficiarían al pueblo trabajador no se han podido dar, ya que los centenarios enemigos del pueblo explotado (la burguesía -principalmente la mafiosa-) hacen todo lo posible para que no pasen las reformas, y en caso de que pase alguna, sea sin afectar los negocios de los capitalistas.

Petro y el Pacto están a la cabeza del gobierno de turno, pero no tienen el poder político, económico, ni militar del podrido Estado burgués; una muestra de ello son las recientes elecciones para gobernaciones y alcaldías, con esa farsa electoral queda claro que la mafia sigue teniendo mucho poder, a tal punto de imponer o elegir desde arriba, con la maquinaria de la que dispone el capital (compra de votos, fraude, constreñimiento…), a personajes que se han dedicado a robar el erario o que tienen vínculos comprobados con el narcotráfico y paramilitarismo como lo son «Fico», en Medellín, o Dilian Francisca, en el Valle del Cauca.

El Pacto Histórico no ha escapado de la corrupción de la politiquería, lo que era inevitable en un Estado burgués podrido desde la raíz; por ello gran parte del pueblo, desencantado de la vieja ultraderecha y decepcionado con lo poco que ha realizado el nuevo gobierno, manifestó su inconformismo por medio del voto en blanco y la abstención.

Petro de buena fe pretende conciliar intereses antagónicos entre clases sociales enemigas, por eso invitó a Álvaro Uribe Vélez a «tomarse un tintico» para hablar sobre la reforma a la salud, tintico que será inútil, pues de ahí no salió gran cosa, tal como lo han manifestado públicamente algunos personajes del partido Centro Democrático.

También se reunió con los grandes capitalistas dueños del país con Sarmiento Angulo a la cabeza; sin mucho detalle, Petro dijo que les fue muy bien. Pero ¿qué significa esto?, que el gobierno de Petro brega a que los capitalistas cedan en sus ganancias tratando de conciliar con ellos; pero eso no lo van aceptar, pues sería ir en contra de la razón de ser del capitalismo, lo máximo que harán es soltar unas migajas para disimular que sí pueden hacer un capitalismo más humano, pero de fondo lo que tratan es de evitar un nuevo Levantamiento Popular que será inevitable.

La situación del pueblo trabajador sigue de mal en peor, con una carestía de la vida que pone en riesgo a las clases trabajadoras, se ha agravado la situación social y económica de las masas, lo que hace inevitable que el pueblo nuevamente se levante.

¿Qué hacer ante dicha situación?

Como Unión Obrera Comunista (mlm) hacemos el urgente llamado a la unión de los luchadores contra el Estado burgués, representante de las clases explotadoras que son las que realmente tienen el poder económico, político y militar en Colombia.

La táctica del «Acuerdo Nacional» con los ricos no garantizará que las reivindicaciones del pueblo se alcancen. Ante dicha situación, es preciso retomar las enseñanzas del levantamiento popular y partiendo de una Plataforma del Pueblo colombiano o de un Programa Inmediato continuar avanzando en la unidad de las exigencias que el pueblo trabajador hace al Estado colombiano y a las clases dominantes; parte de estas exigencias fueron tomadas por el programa de gobierno de Petro, pero para que no se queden apenas en el papel hay que reanudar la lucha directa.

Es necesario que el pueblo retome la confianza en su poder mediante la unidad de los sectores en conflicto y la lucha organizada en las calles; es necesario que los Comités de luchadores que se han ido formando a manera de coordinadores (como la Minga de Cali y el Bloque en Medellín), las organizaciones sindicales, barriales, estudiantiles y culturales se propongan impulsar encuentros regionales hacia la realización de Asambleas Populares por barrio, universidad, fábrica, localidad, vereda, etc., que levanten sus reivindicaciones concretas y que nutran el Programa Inmediato.

Además, se necesita una nueva Asamblea Nacional Popular que mantenga independencia de clase, frente al Estado y los politiqueros, que decida cómo continuar la lucha contra las clases dominantes y por conquistar las reivindicaciones más sentidas del pueblo colombiano poniendo en práctica la enseñanza de que: Ni el Estado, ni los politiqueros, ¡sólo el pueblo, salva al pueblo!

 Algunos puntos esenciales de La plataforma de Lucha del Pueblo Colombiano

 

 ü  Salud de calidad para el pueblo, abolición de las EPS y suprimir el aporte del 16 % cobrado a los pensionados.

 

 ü  Empleo, alza de salarios, subsidio a los desempleados y subempleados, contratos indefinidos.

 

 ü  Abolir los fondos privados de pensiones, dar continuidad y fortalecer el régimen de prima media, y garantizar el salario mínimo para quienes no alcancen la pensión.

 

 ü  Rebajar los precios de la canasta familiar, los servicios públicos y la gasolina.


ü  Educación universal y gratuita hasta la universidad y condonación de las deudas con el Icetex.

 

ü  No más desalojos, vivienda para el pueblo y condonación de las deudas de los viviendistas con las corporaciones financieras.

 

ü  Devolución de las tierras usurpadas a los desplazados, condonación de las deudas, apoyo financiero y técnico, y compra de las cosechas a precios justos a los campesinos pobres y medios.

 

ü  Cumplimiento de los acuerdos y los compromisos adquiridos por el Estado con los pueblos indígenas, las comunidades negras y demás etnias.

 

ü  No al fracking y freno a las explotaciones devastadoras de la naturaleza y del medioambiente.

 

ü  Liberación de los presos por luchar, desmonte del Esmad, del paramilitarismo y de los destacamentos de las fuerzas militares comprometidos en crímenes contra el pueblo, y cese de la criminalización de la protesta social.

 

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