CONTRA LA REPRESIÓN Y EL TERROR ESTATAL ¡NI UN PASO ATRÁS EN LA PREPARACIÓN DEL PARO!
En
Colombia, las clases dominantes también se escudan en la pandemia del
coronavirus para ocultar las reales causas de la crisis económica y
silenciar la profunda crisis social que se vive en el país. El régimen
mafioso y paramilitar encabezado por el títere presidente Duque, apoyado
en el oxígeno de la economía cocalera, del narcotráfico, del
contrabando, de la minería ilegal, se ha dedicado a tapar la crisis
económica con la cortina artificial de la “economía naranja y el
emprendimiento”, espejismo que solo sirve a la propaganda y demagogia
oficial. Y con el pretexto del coronavirus, anuncia nuevas medidas
económicas en beneficio de sectores empresariales como los del turismo y
la aviación, a la vez que, con el apoyo de los gobernantes locales,
entre ellos los flamantes Alcaldes reformistas de Bogotá y Medellín,
coartan y prohíben toda movilización de los trabajadores, en el vano
intento de quebrar la necesidad y preparación del Paro General
Indefinido.
El boom mediático alrededor del coronavirus y la emergencia sanitaria no logra ocultar la crisis política de un régimen acosado por las denuncias nacionales e internacionales de sus crímenes de guerra, corrupción y vínculos con la mafia; ni siquiera puede disimular que los acuerdos inter-burgueses para llevar adelante los planes reaccionarios de gobierno, fueron un regocijo pasajero, pues en los hechos se ha agudizado la división entre las clases dominantes, se han ampliado las grietas al interior del principal partido de gobierno, el Centro Democrático, y revientan nuevas denuncias contra el capo Uribe.
En el ambiente de la tendencia mundial del imperialismo a la reacción en toda la línea, el régimen mafioso ha fortalecido en su guarnición militar el comando de Generales directamente comprometidos con las desapariciones y ejecuciones extrajudiciales o llamados “falsos positivos”; se ha rodeado de ministros y funcionarios ultra-conservadores en las distintas instituciones del Estado, desde donde se patrocinan campañas políticas reaccionarias tales como la de “Pro-vida” contra el aborto, que en el fondo sirve para crear una organización civil de derecha a nivel nacional; y lo más peligroso, como ya se denunció en este medio, se ha amparado la organización de un tenebroso “Comité Anti-paro” con fuerzas militares y civiles, que apunta a seguir la experiencia de siniestras organizaciones de los nazis en Alemania. Así mismo, la propuesta de un sector del uribismo de extender el ejercicio del voto a los militares, si bien sirve a los comunistas para hacer propaganda entre los soldados, también augura darles más campo dentro del Estado, donde no se puede descartar incluso la posibilidad de que la derecha apele a un “golpe militar” para reemplazar al títere Duque por un tirano que directamente comande una dictadura abierta de los capitalistas.
Dentro de la política represiva del régimen contra el Paro, es de destacar ahora, el ataque al estudiantado de las universidades, apoyado por los peleles alcaldes reformistas, en el claro propósito de neutralizar a una parte de la juventud, el sector de masas más dinámico del Paro Nacional en noviembre. Así como los anuncios, empezando por la alcaldesa de Bogotá, de prohibir manifestaciones y concentraciones de más de quinientas personas. Se “aterran”, de que crezca el contagio por el coronavirus, pero no dicen nada frente al terrorismo de Estado que cobra a diario una vida (más que el coronavirus en cualquier parte del mundo) de dirigentes y luchadores populares.
Tales intentos de aplastar la protesta e impedir la movilización social, no solo son inútiles frente a la creciente rebeldía popular, sino que ponen al descubierto la debilidad del régimen uribista de Duque, no solo por la división de las clases dominantes, sino por el odio que se ha granjeado entre el pueblo colombiano, y esto favorece la lucha de los trabajadores que no pueden dejarse intimidar por el miedo a la pandemia del Covid-19 y el terror de los fusiles, pues la pandemia actual más peligrosa es la explotación y opresión que sufre la sociedad por causa del capitalismo imperialista. Al que temen los de arriba no es al coronavirus, sino al contagio de la revolución que es inevitable y viene caminando.
Lo que sí no favorece la lucha del pueblo, es el Comando Nacional de Paro desde donde los jefes oportunistas y vende-obreros de las centrales sindicales, se han encargado de hablar del Paro para en los hechos congelar, dispersar, distraer, oponerse a la verdadera preparación del Paro General Indefinido, con lo cual han logrado disuadir a una parte del movimiento de masas, desmovilizar por cansancio a los estudiantes, y regalarle tres meses de desmovilización después de noviembre al régimen para que ganara terreno, imponiendo la reforma tributaria, decretando una nueva rebaja de salarios, preparando condiciones para aprobar las nefastas reformas pensional y laboral de la cual un adelanto es imponer el “salario por horas” y el “teletrabajo”, amparado en la prevención del contagio con el coronavirus.
Sin embargo, la desmovilización en estos meses no significa que los problemas de los trabajadores se hayan solucionado; por el contrario, la embestida del régimen y de los capitalistas ha empeorado la situación del pueblo colombiano con más impuestos, menos salario, más asesinatos, más represión. Ha crecido la indignación de los explotados y la rebeldía de los oprimidos, como lo mostraron las combativas manifestaciones de las mujeres el pasado 8 de Marzo llenas de odio y repulsa contra los opresores y en particular contra la policía.
La disposición del pueblo colombiano para volver a la calle, sigue latente como una brasa a la cual basta ventilar para que prenda y dé vida a las palabras del Presidente Mao: “una sola chispa puede incendiar la pradera”.
Las condiciones objetivas son cada vez más propicias para retomar con entusiasmo la preparación del Paro General Indefinido, la Huelga Política de Masas, para hacer retroceder a las clases dominantes y conquistar las reivindicaciones inmediatas del pueblo trabajador. En ese propósito tienen una gran labor que realizar los comunistas revolucionarios:
Comité de Dirección – Unión Obrera Comunista (mlm)
Marzo 12 de 2020
El boom mediático alrededor del coronavirus y la emergencia sanitaria no logra ocultar la crisis política de un régimen acosado por las denuncias nacionales e internacionales de sus crímenes de guerra, corrupción y vínculos con la mafia; ni siquiera puede disimular que los acuerdos inter-burgueses para llevar adelante los planes reaccionarios de gobierno, fueron un regocijo pasajero, pues en los hechos se ha agudizado la división entre las clases dominantes, se han ampliado las grietas al interior del principal partido de gobierno, el Centro Democrático, y revientan nuevas denuncias contra el capo Uribe.
En el ambiente de la tendencia mundial del imperialismo a la reacción en toda la línea, el régimen mafioso ha fortalecido en su guarnición militar el comando de Generales directamente comprometidos con las desapariciones y ejecuciones extrajudiciales o llamados “falsos positivos”; se ha rodeado de ministros y funcionarios ultra-conservadores en las distintas instituciones del Estado, desde donde se patrocinan campañas políticas reaccionarias tales como la de “Pro-vida” contra el aborto, que en el fondo sirve para crear una organización civil de derecha a nivel nacional; y lo más peligroso, como ya se denunció en este medio, se ha amparado la organización de un tenebroso “Comité Anti-paro” con fuerzas militares y civiles, que apunta a seguir la experiencia de siniestras organizaciones de los nazis en Alemania. Así mismo, la propuesta de un sector del uribismo de extender el ejercicio del voto a los militares, si bien sirve a los comunistas para hacer propaganda entre los soldados, también augura darles más campo dentro del Estado, donde no se puede descartar incluso la posibilidad de que la derecha apele a un “golpe militar” para reemplazar al títere Duque por un tirano que directamente comande una dictadura abierta de los capitalistas.
Dentro de la política represiva del régimen contra el Paro, es de destacar ahora, el ataque al estudiantado de las universidades, apoyado por los peleles alcaldes reformistas, en el claro propósito de neutralizar a una parte de la juventud, el sector de masas más dinámico del Paro Nacional en noviembre. Así como los anuncios, empezando por la alcaldesa de Bogotá, de prohibir manifestaciones y concentraciones de más de quinientas personas. Se “aterran”, de que crezca el contagio por el coronavirus, pero no dicen nada frente al terrorismo de Estado que cobra a diario una vida (más que el coronavirus en cualquier parte del mundo) de dirigentes y luchadores populares.
Tales intentos de aplastar la protesta e impedir la movilización social, no solo son inútiles frente a la creciente rebeldía popular, sino que ponen al descubierto la debilidad del régimen uribista de Duque, no solo por la división de las clases dominantes, sino por el odio que se ha granjeado entre el pueblo colombiano, y esto favorece la lucha de los trabajadores que no pueden dejarse intimidar por el miedo a la pandemia del Covid-19 y el terror de los fusiles, pues la pandemia actual más peligrosa es la explotación y opresión que sufre la sociedad por causa del capitalismo imperialista. Al que temen los de arriba no es al coronavirus, sino al contagio de la revolución que es inevitable y viene caminando.
Lo que sí no favorece la lucha del pueblo, es el Comando Nacional de Paro desde donde los jefes oportunistas y vende-obreros de las centrales sindicales, se han encargado de hablar del Paro para en los hechos congelar, dispersar, distraer, oponerse a la verdadera preparación del Paro General Indefinido, con lo cual han logrado disuadir a una parte del movimiento de masas, desmovilizar por cansancio a los estudiantes, y regalarle tres meses de desmovilización después de noviembre al régimen para que ganara terreno, imponiendo la reforma tributaria, decretando una nueva rebaja de salarios, preparando condiciones para aprobar las nefastas reformas pensional y laboral de la cual un adelanto es imponer el “salario por horas” y el “teletrabajo”, amparado en la prevención del contagio con el coronavirus.
Sin embargo, la desmovilización en estos meses no significa que los problemas de los trabajadores se hayan solucionado; por el contrario, la embestida del régimen y de los capitalistas ha empeorado la situación del pueblo colombiano con más impuestos, menos salario, más asesinatos, más represión. Ha crecido la indignación de los explotados y la rebeldía de los oprimidos, como lo mostraron las combativas manifestaciones de las mujeres el pasado 8 de Marzo llenas de odio y repulsa contra los opresores y en particular contra la policía.
La disposición del pueblo colombiano para volver a la calle, sigue latente como una brasa a la cual basta ventilar para que prenda y dé vida a las palabras del Presidente Mao: “una sola chispa puede incendiar la pradera”.
Las condiciones objetivas son cada vez más propicias para retomar con entusiasmo la preparación del Paro General Indefinido, la Huelga Política de Masas, para hacer retroceder a las clases dominantes y conquistar las reivindicaciones inmediatas del pueblo trabajador. En ese propósito tienen una gran labor que realizar los comunistas revolucionarios:
- Actuar con más energía e independencia, tanto en la Agitación Política Viva y la propaganda por todos los medios, como en la actuación de los militantes en el movimiento de masas. En todas las actividades, sean en las calles o en recintos cerrados, hacer siempre presencia con la agitación y propaganda independiente, en las intervenciones, con las publicaciones, con pancartas y pasacalles. Siempre pensando en aislar la influencia del oportunismo en la dirección del movimiento de masas, avanzar en la construcción del Partido, y enlazar la lucha actual con el Programa de la Revolución Socialista.
- Fortalecer los Bloques Independientes por el Paro General Indefinido y luchar por construirlos donde no existan, pues son de hecho un paso adelante en la lucha por conquistar la independencia en la dirección del Paro frente a la dirección oportunista. Bregar por el deslinde total con respecto al Comité Nacional de Paro donde ya públicamente se han pronunciado contra el Paro Nacional Indefinido.
- Preparar un II Encuentro Nacional del Bloque Independiente en abril, para refrendar y fortalecer la unidad de pensamiento y de voluntad de preparar el Paro General Indefinido, lo cual implica: • “Defender consecuentemente los trece puntos de exigencias, en especial oponernos a que se abandonen banderas como que el salario mínimo cubra al menos el valor de la canasta familiar, y eliminar las EPS y las AFP”, en palabras del Encuentro del Bloque del 29 de enero en Bogotá; • Organizar desde la base en oposición a los acuerdos solo por arriba; • Centralizar la dirección en oposición al federalismo u horizontalización de la organización que divide y dispersa las fuerzas; • Fomentar el método de la elección y decisión directa de las masas en oposición al método socialdemócrata del consenso y disenso que escamotea las decisiones de las masas e impone decisiones burocráticas.
- Impulsar actividades de masas organizadas directamente por los Bloques Independientes y participar en las convocatorias que hagan desde el CNP tales como la del 25 de marzo(aunque muy posiblemente no realizarán con el pretexto de la emergencia por el coronavirus), y si bien son parte del método para disimular su oposición al Paro General Indefinido, sirven para la agitación y la propaganda revolucionarias, para ganar a las bases que creen en los jefes de las centrales, para hacerle propaganda y llamar a fortalecer los Bloques Independientes.
- Fortalecer los Comités de Lucha o construirlos donde no existan o se hayan disuelto, por cuanto son las organizaciones que mejor expresan la relación de la lucha actual contra el régimen mafioso y paramilitar, con el porvenir revolucionario socialista.
Comité de Dirección – Unión Obrera Comunista (mlm)
Marzo 12 de 2020
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