China: Un poder social-imperialista moderno
En la página de Comuna Roja se ha publicado un documento titulado “China: Un poder social-imperialista moderno”, un valioso análisis del Comité Central del Partido Comunista de la India (maoísta), según informan @Intiawki_ y @Vomitselfe, quienes aparecen en la página como los encargados de traducir el documento del idioma inglés al español.
Es un material que profundiza el conocimiento y análisis de la evolución de la sociedad China, dejando completamente claro que, como el título lo indica, China es un país social-imperialista, reaccionario y enemigo de los pueblos del mundo.
Su estudio contribuye enormemente a conocer la magnitud del poder económico de este contrincante que se disputa codo a codo con los demás imperialistas del planeta. Esperamos que los lectores del Portal Revolución Obrera lo estudien y puedan apreciar el tremendo trabajo realizado por los camaradas de la India; así mismo puedan juzgar con ojo crítico los aspectos que son parte de la discusión en el seno de los comunistas revolucionarios del mundo, y que con seguridad, con materiales como el que publicitamos en esta ocasión, avanzaremos en este proceso de Unidad-Lucha-Unidad hacia la formación de un Nueva Internacional Comunista.
China: Un poder social-imperialista moderno
Una parte integral del sistema capitalista-imperialista.
Traducción del inglés al español por @Intiawki_ y @Vomitselfe.
Introducción.
En su IX Congreso celebrado en enero de 2017, el Congreso Unido del Partido Comunista de la India (Maoísta) (PCI-Maoísta) decidió realizar un estudio especial sobre las tendencias emergentes en los ámbitos sociales, económicos, políticos, y pertinentes a los cambios culturales con respecto a la estrategia hacia la China capitalista-revisionista. Se autorizó al Comité Central a ejecutar esta decisión. Según la decisión tomada por el Comité Central durante su IV Conferencia, se consideraron principalmente dos cuestiones: las tendencias dentro de China, y si China pasó o no a ser una potencia socialimperialista. Estos fueron sus dos puntos de estudio. Después de investigar, el Comité Central adoptó la siguiente tesis en su V Conferencia: “Hoy China se ha convertido en una potencia social-imperialista moderna, parte integral del sistema mundial capitalista-imperialista, mientras también desempeñando el papel de antagonista de las clases oprimidas y del pueblo en general.”
Los partidos, grupos y autoridades marxista-leninista-maoístas son solidarios con la clase obrero-campesina y otras clases sociales oprimidas y suprimidas con el objetivo de la revolución socialista mundial, marchando hacia una lucha creativa para vencer a la antagonista China imperialista y acabar con sus concepciones de revisionismo, socialimperialismo y oscurantismo. Nuestros dos partidos comunistas tienen dos responsabilidades globales: apoyar a la clase trabajadora y apoyar su revolución. Para cumplir estas tareas, la naturaleza social-imperialista de China debe ser expuesta a fondo. Debemos entender el proceso por el cual China se transformó en un estado imperialista importante y competente entre los estados imperialistas del mundo. También debemos tener éxito en el proceso de segregación de las alianzas globales y enemistades de acuerdo con los principios de las divisiones de clases internacionales. Debemos evaluar las variaciones estructurales en constante cambio y sus condiciones específicas imperantes en el mundo. A menos que estudiemos estos aspectos, no podremos comprender las guerras modernas, la política de los revisionistas modernos y las variaciones incidentales dentro del sistema imperialista.
El leninismo sostiene que el imperialismo es la fase superior del capitalismo: es la guerra, está moribundo. El leninismo sostiene que el imperialismo es la etapa más alta del capitalismo: es la guerra, está moribundo. El imperialismo afirma el surgimiento del movimiento socialista, y el siglo XX lo ha demostrado. La teoría leninista del imperialismo se aplica incluso hoy. La guerra es la herramienta suprema por la cual el imperialismo divide y reorganiza el mundo para sus propios intereses. El imperialismo se entrega a la guerra por su monopolio en el mundo. Gana principalmente a través de la guerra. Las guerras son inevitables mientras exista el imperialismo en el mundo. Penetra en las naciones subdesarrolladas bajo el disfraz del neo-colonialismo para continuar su obsesiva compulsión por el saqueo. Chupa la sangre de la gente común y los oprimidos, y es la causa de su extrema miseria y angustia. “Las guerras modernas son el resultado del imperialismo”, dijo Lenin una y otra vez. Las dos guerras mundiales de la primera mitad del siglo XX estallaron entre los países imperialistas como una contienda para ganar la supremacía sobre el mundo dividiéndolo y reorganizándolo. “El intento de los países imperialistas de escapar de las nuevas crisis políticas y económicas condujo a las dos últimas guerras mundiales”, dijo Mao.
Estados Unidos ha saqueado la riqueza del mundo a través de la guerra imperialista. Obtuvo ganancias inesperadas vendiendo armas en abundancia a países que se han involucrado en la guerra. De esta manera, Estados Unidos se ha convertido en la superpotencia imperialista del mundo capitalista. Cuando el sistema económico imperialista de Estados Unidos incorporó una economía de guerra, se centró únicamente en las guerras. Por tanto, orquestó la agresión y la guerra. Podemos ver esta tendencia desde Corea, Vietnam hasta Afganistán, Irak, Libia y Siria. La guerra continuará mientras prevalezca el imperialismo. Si queremos abolir la guerra, debemos erradicar el sistema capitalista-imperialista.
La guerra fría entre las entonces superpotencias de Estados Unidos y la URSS tuvo impacto tanto en los países desarrollados como los subdesarrollados. Esto dio lugar a guerras directa o indirectamente entre ellos. Entre 1945 y 1990, al menos 125 guerras regionales, guerras civiles y conflictos armados provocaron la muerte de más de 40 millones de personas, mientras que millones más fueron heridos o desplazados. La crisis económica que resultó en estos países a causa de la guerra imperialista es mayor que la de la crisis que provocó la Segunda Guerra Mundial.
Las guerras continuaron estallando durante la década de 1990. Las fuerzas estadounidenses libraron alevosas guerras en Honduras, Ucrania y Egipto, y Estados Unidos fomentó incesantes disturbios armados. Las intervenciones militares de Gran Bretaña y otros aliados de Estados Unidos han provocado la muerte de casi 3,2 millones de musulmanes. El país más rico y laico de África, Libia, fue destruido por Estados Unidos. Libia, que una vez acogió calurosamente a los migrantes de distintas partes de África, ahora está siendo destruida, desplazando a la mitad de su población. Más de mil millones de personas viven en la pobreza extrema y sufren desnutrición. Además, casi 17 millones de personas mueren cada año debido a la pobreza. La mitad de ellos son niños. Estados Unidos está tratando de cubrir la expansión y el gasto cada vez mayores de Israel. Dejando de lado el bienestar de su propio pueblo, Estados Unidos está acumulando más de 20 billones de dólares en deudas para pagar las deudas de Israel y masacrar musulmanes. Estados Unidos está destinando billones de su presupuesto a hacer esto, sometiendo a su propia gente a la miseria y provocando así la muerte de más de 200.000 de su propia gente cada año.
Los disturbios imperialistas desatados en Siria con la intención de derrocar al gobierno de Bashar Al Assad han provocado la muerte de 500.000 personas y otros 2 millones de heridos o desplazados. Además, millones de personas quedaron sin hogar y emigraron a países vecinos y a algunos países europeos. Estados Unidos destruyó muchas comunidades que habían vivido juntas en medio de sus santuarios y lugares sagrados en hermandad, paz, secularismo y no violencia durante décadas y siglos. Las guerras imperialistas de agresión libradas bajo el liderazgo de Estados Unidos en Afganistán, Libia, Siria, Irak y muchos otros países han causado innumerables muertes y heridos, destruido innumerables hogares y obligado a innumerables personas en todo el mundo a emigrar.
Para asegurar el sistema imperialista y engañar a la gente del mundo, los imperialistas y revisionistas engañan a la gente de todas las formas posibles con diversas ficciones de acuerdo con el escenario cambiante del mundo contemporáneo. Es hora de exponerlos y mortificarlos. La venganza política contemporánea del imperialismo es un resultado predecible del sistema económico capitalista. El imperialismo está extendiendo su maquinaria política para reprimir al pueblo implementando su dictadura fascista por todo el globo. Cuanto más fuerte es la represión, más fuerte es la resistencia. Las clases obreras-campesinas, la pequeña burguesía y otras clases sociales oprimidas, incluso las especies en peligro de extinción, libran incansablemente guerras contra el imperialismo. Nuestro partido, el Partido Comunista de la India (Maoísta), se esfuerza incansablemente por exterminar al imperialismo de la tierra, instalar el comunismo y unir a las clases y masas oprimidas. Nuestro partido los lidera y asume la responsabilidad de luchar junto a ellos.
A la luz del ascenso de China como potencia socialimperialista, la tarea actual es que todos los partidos obreros del mundo desarrollen maniobras para mantenerse a sí mismas en pie. La dirección del partido, sobre estos principios, debe reunir a las clases y pueblos oprimidos de sus sociedades y guiarlos en la marcha hacia el socialismo. Este documento fue publicado por el Comité Central para dilucidar cómo la China socialista se transformó en una potencia capitalista e imperialista y cómo desarrollar estrategias para combatirla. Estudiemos este documento a fondo. A la luz de cinco características inherentes y tres rasgos particulares del imperialismo enseñados por el gran Lenin, analicemos y sinteticemos bajo luz del marxismo-leninismo-maoísmo para construir una comprensión científica correcta del desarrollo social-imperialista de China.
La revolución socialista (1949-1976).
Después del advenimiento de la Revolución de Nueva Democracia en 1949 en China, el Partido Comunista Chino (PCCh), con la guía de Mao, presentó el lema “Tres años de preparación, diez años de planificación”. Como resultado de esta campaña, la gestión individual en la agricultura, la artesanía, la industria capitalista, las mercancías y la manufactura productiva fue básicamente eliminada en 1956. La agricultura colectiva pasó a predominar en todo el país. Una nueva sociedad tomó forma en China como resultado de la construcción socialista. El estado de Nueva Democracia de China pasó a ser un estado socialista. Los planes progresistas se centraron principalmente en bienes de consumo útiles para la sociedad más que en productos rentables. La China socialista no tuvo deudas internas o externas durante este tiempo. China era el centro de la revolución socialista progresista en ese momento y era prácticamente el único país que permanecía libre e independiente de la subordinación bajo las esferas de influencia de las entonces superpotencias (Estados Unidos y la URSS) y el sistema de mercado capitalista-imperialista.
Apoyándose en la política de autosuficiencia, la China socialista experimentó un “gran salto adelante”. Los movimientos de masas surgieron en la China socialista bajo el lema “Comprender la revolución, mejorar la producción”. La China socialista presentó y aplicó nuevos lemas y conceptos, como el desarrollo de la agricultura y la industria por igual (“Caminar sobre dos piernas”), la lucha de clases coordinada, la lucha por la producción, el desarrollo de la ciencia y la tecnología, el desarrollo con recursos locales y muchos más. Se produjeron cambios revolucionarios en la industria y los niveles de vida de la clase trabajadora y los campesinos aumentaron a un nivel notable. Se erradicó el desempleo. Se garantizó el trabajo para todos.
Durante más de una década durante la Gran Revolución Cultural Proletaria (GRCP), la producción industrial en China alcanzó hasta el 13,5% anual. La velocidad de la industrialización en China en ese momento fue más que notable. Superó las tasas obtenidas en Alemania, Japón y la Unión Soviética. Aunque hubo algunos disturbios por parte de los revisionistas durante el GRCP, el crecimiento de la productividad continuó. China experimentó un aumento del 9,2% anual en la producción de carbón, químicos y electrónicos. Los seguidores del camino capitalista, como Liu Shaoqi, Lin Biao y Deng Xiaoping, formaron una tendencia antirrevolucionaria dentro del partido que dio lugar a conflictos internos. Continuaron los complejos y agudos conflictos entre el revisionismo y la perspectiva teórica del marxismo-leninismo-pensamiento Mao Zedong. Las características socialistas modernas maduraron en la GRCP, incluso en educación, democracia, industria, agricultura, la lucha contra la dominación patriarcal, en la ruptura de la desigualdad entre hombres y mujeres, salud, cultura y defensa. De esta manera, la GRCP arremetió contra las dos sedes burguesas que pertenecían a Liu Shaoqi y Lin Biao e impidió la restauración del capitalismo.
Bajo el liderazgo de Mao Zedong, el Partido Comunista de China construyó una sociedad sólida a través del socialismo sin barreras sociales entre el pueblo. Trabajadores, campesinos, mujeres, estudiantes, intelectuales y otros grupos oprimidos en China trabajaron para transformar su patria en un país industrial moderno, un país que pudiera brindar educación y atención médica a todas las personas en el lapso de tres décadas. Transformaron su país en el sistema más progresista desde una perspectiva social, política y económica. Los sobresalientes logros del pueblo hicieron que su país se convirtiera en la sexta potencia industrial más grande del mundo.
Sin embargo, seguirá habiendo oportunidades para que la burguesía y otros inhibidores del crecimiento surjan y se multipliquen, incluso en la sociedad socialista. La nueva burguesía puede surgir en muchos lugares: producción mercantil, cambio de moneda y distribución según el trabajo, como la paga en 8 grados variables. Incluso con la burguesía derrocada, los medios de producción y el dinero siguen existiendo; algunos campesinos y clases pequeñoburguesas conservan propiedades. Estos se convierten en la base de la producción a pequeña escala. El capitalismo naciente puede crecer a pasos agigantados a partir de estas semillas. Bajo el socialismo subsisten diferencias básicas entre el trabajo físico y mental, la agricultura y la industria, la clase obrera y el campesinado, las ciudades y pueblos y las diferentes áreas y comunidades. Los factores retrógrados como la adherencia a la cultura, las tradiciones y las prácticas se convierten en bases para atacar los cimientos del socialismo, ya que todos permanecen presentes en la superestructura. La resistencia a la construcción socialista, revanchistas y revisionistas se convierten en una “coalición santa” con el apoyo de las potencias imperialistas externas. Los bloques de poder neoburgueses surgen debido al crecimiento de los elementos capitalistas. Para desarrollar las fuerzas productivas y la superestructura de acuerdo con la base económica de la sociedad socialista, es necesario revolucionar constantemente las relaciones de producción. Uno de los deberes primordiales de la dictadura del proletariado es crear las condiciones adecuadas para que el surgimiento de la neoburguesía no sea una realidad y así evitar que se afiance en la superestructura.
Aprovechando estas condiciones, muy pocos seguidores del camino capitalista que capturaron los altos niveles de poder en el PCCh elaboraron abiertamente planes para restaurar el capitalismo en China. Implementaron, sin embargo, su política revisionista sobre las fuerzas productivas tanto en secreto como abiertamente. La realización de luchas internas puso al descubierto las conspiraciones capitalistas. Mao enseñó que la revolución debe continuar hasta que se alcance el comunismo. La gran clase trabajadora china continuó su revolución cultural de acuerdo con el llamado de Mao de “romper los centros del capitalismo” durante más de diez años (1966-76) bajo la dirección del PCCh. Sin embargo, después de la desaparición del camarada Mao seguida por el liderazgo de Hua-Deng, los seguidores del camino capitalista en el aparato estatal tomaron el poder a través de la conspiración y lograron desmantelar la GRCP. Como se mencionó anteriormente, lograron exitosamente instalar el capitalismo en todas las esferas, ya sean teóricas, políticas, económicas y culturales. Tuvieron éxito en su objetivo de convertir el partido comunista en un partido revisionista, la dictadura de la clase trabajadora en una dictadura burguesa, y fue un logro sobresaliente de su parte instalar un estado capitalista en lugar de un estado socialista en el lapso de 3 años. De esta manera, el proletariado global se enfrentó a una formidable derrota histórica con la restauración del capitalismo en China.
La China revisionista tras la restauración del capitalismo.
Después de la muerte de Mao, el grupo revisionista y renegado compuesto por Hua Guofeng y Deng Xiaoping llevó a cabo una contrarrevolución, fortaleciendo engañosamente su posición en el partido mientras ondeaba la bandera roja. La estrategia Hua-Deng fue la continuación de la línea contrarrevolucionaria de Liu Shaoqi-Lin Biao. De esta manera demostraron ser seguidores devotos y encubiertos del capitalismo. El camarada Mao Zedong dijo: “El ascenso al poder del revisionismo significa el ascenso al poder de la burguesía”. De hecho, en su época, la Unión Soviética estaba “bajo una dictadura de la gran burguesía, una dictadura del tipo fascista alemán”. Al dirigirse a estos renegados durante el período de la GRCP, Mao identificó a los representantes de la clase burguesa “que se han colado en el partido, el gobierno, el ejército y varios círculos culturales” como “un grupo de revisionistas contrarrevolucionarios. Una vez que las condiciones estén maduras, tomarán el poder político y convertirán la dictadura del proletariado en una dictadura de la burguesía”.
Al principio, estos revisionistas disfrazaron de rojo su ideología contrarrevolucionaria para engañar al pueblo teórica e ideológicamente. Se propusieron convertir ideológicamente a sus seguidores inclinándolos hacia la restauración del capitalismo. Utilizaron los servicios de los capitalistas de la camarilla de Deng, los capitalistas soviéticos y elementos antiprogresistas tanto nativos como extranjeros. El grupo revisionista de Deng – teórica, ideológica y políticamente en bancarrota – publicó artículos en los que culpaba a los valores revolucionarios del pueblo durante el GRCP por todas y cada una de las desgracias. Los seguidores del camino capitalista afirmaron que la GRCP fue un error ultraizquierdista y la repudiaron, negando su carácter revolucionario. Todos sus valores fueron repudiados, sus conquistas revertidas, lo que efectivamente puso fin a la dictadura del proletariado en China. Estos traidores hicieron muchas acusaciones falsas sobre la persona de Mao Zedong. La camarilla de Deng sustituyó el pragmatismo por el marxismo-leninismo-pensamiento de Mao Zedong. Los seguidores del camino capitalista de Deng recurrieron a atrocidades, como difamar a los seguidores de Mao, planear enjuiciarlos criminalmente, reprimirlos e incluso matarlos. De esta manera, los maoístas no pudieron reagruparse y lanzar un contraataque.
La camarilla de Deng publicó varios artículos y lanzó una campaña de reforma cuyas consignas tecnocráticas eran estabilidad política, disciplina, crecimiento económico, incentivos, habilidades, tecnología extranjera e inversión extranjera sin restricciones. Estas fueron las bases sobre las que descansó la restauración del capitalismo.
Los capitalistas del camino restauraron la dictadura burguesa defendiendo los derechos de la burguesía sobre todas las relaciones de producción. En palabras de Deng: “Debemos seguir combinando la planificación económica con la regulación de las fuerzas del mercado. Esto nunca debería cambiarse… Se continuará la combinación de planificación y regulación del mercado. Lo importante es que nunca debemos volver a convertir a China en un país que mantiene sus puertas cerradas… Y de ninguna manera debemos volver a la vieja práctica de mantener la economía bajo un control rígido”. Los conflictos surgen inevitablemente en temas como la socialización de la mercancía y la escala de la producción privada. Este se convierte en el principal conflicto y da lugar a los siguientes cambios:
La competencia malsana y el conflicto entre los productores privados hacen que los pobres se vuelvan más pobres y los ricos más ricos. Esto conduce a la desintegración de la sociedad y la reintroducción de los antagonismos entre las personas. Los ricos se vuelven capitalistas que obtienen ganancias mediante la explotación del trabajo. Los pobres se hunden en la condición de los trabajadores, que deben vender su trabajo. De esta manera, el “sistema de mercado” fue el medio por el cual el capitalismo se diseminó por toda la sociedad.
Para desarrollar el capitalismo, los medios de producción y la fuerza de trabajo deben poder adquirirse con dinero. Deben establecerse mercados de medios de producción y mano de obra. Los medios de producción deben adquirirse mediante líneas de crédito e inversión. De esta manera se muestra que una “economía de mercado socialista” no es, en realidad, más que una ficción.
Por lo tanto, cuando los revisionistas chinos afirman que se necesitan “reformas” para construir una economía de mercado, lo que está en mente son “reformas” para desarrollar el capitalismo. El objetivo de estas “reformas” no es más que desarrollar un “capitalismo con características chinas”. China implementó una fase de reformas de 1978 a 1989 conocida como Reforma Económica Consolidada de Primera Generación. Las reformas de la década de 1990 se conocen como Reformas Económicas Simplificadas de Segunda Generación.
Reformas Económicas Consolidadas de Primera Generación.
Las reformas agrícolas comenzaron en 1979. Las reformas urbanas se introdujeron en 1984 con la “Política de puertas abiertas” para el capital extranjero. China se unió al Fondo Monetario Internacional (FMI) y al Banco Mundial en 1980. Así, los revisionistas se convirtieron en socios del sistema capitalista-imperialista mundial. La economía capitalista de estado de China se transformó en una economía capitalista monopolista por fases. Como resultado de la inmensa privatización y los despidos masivos, el capital privado independiente brotó como hongos después de una tormenta. La China revisionista reintrodujo la regla de la ley del valor, es decir, la economía pasó a depender del valor de mercado del trabajo requerido para producir un bien o servicio. Estas reformas dieron paso a la explotación y acumulación de capital que ha tenido numerosos efectos en la sociedad china. Las empresas multinacionales (EMN) ingresaron a China sin ningún tipo de restricciones. En 1982 había 26.000.000 empresas privadas en China, que crecieron al número de 58.000.000 en 1983. En ese momento, el Banco Mundial aprobó un préstamo a 20 años de 220 millones de dólares para la ampliación de líneas ferroviarias.
El sistema comunal en China era muy fuerte. Desde el principio, los revisionistas en China utilizaron todos los medios a su disposición para romper el sistema de comunas de base. La ruptura de las comunas se convirtió en una bendición para el capitalismo creciente en China. Con la excusa de la “reforma agraria”, desarraigaron al sector más igualitario de la economía socialista. Para lograr esto, se prohibió la gestión colectiva de la tierra, la agricultura, los animales y las herramientas agrícolas y se introdujo el sistema de contratos. La tierra comunal se transformó lentamente en propiedad privada, solidificando el capitalismo en la agricultura. La industria, el comercio, la minería, la educación, la salud, el bienestar de los niños y los ancianos, el entretenimiento y más estaban bajo la gestión colectiva de las comunas de la China socialista. Se implementaron políticas capitalistas en estos sectores. Se declararon las siguientes reformas en la agricultura:
- Se liquidaron las comunas y sociedades cooperativas agrícolas. El estado solo mantuvo los contratos para comprar productos agrícolas de todas las familias de agricultores. Se reintrodujo la agricultura individual, lo que puso la responsabilidad del éxito o el fracaso en los productores individuales en lugar de los barrios/pueblos.
- A las familias de agricultores se les permitió vender sus productos adicionales, más allá de lo acordado por contrato, en el mercado local. Cuando el gobierno inició la campaña por el libre comercio de cereales, surgieron comerciantes privados de estos.
- Se revocaron los deberes de las comunas, incluida la provisión de trabajo voluntario para los servicios gubernamentales y otros deberes relacionados. Cambiaron el nombre de la autoridad del barrio/pueblo. Con el fin de aumentar la productividad y proporcionar incentivos, aumentaron los precios de los productos agrícolas en un 20%. Debido a todos estos factores, surgieron desigualdades en el consumo de tierras de las aldeas, la domesticación de animales, la gestión y los medios de producción. El uso de la tierra puede transferirse según la Ley de reforma de la Constitución de 1988. Los agricultores quedaron a merced de las fluctuaciones del mercado. Esto dejó a cientos de miles de agricultores sin hogar. Por lo tanto, muchos agricultores se convirtieron en mano de obra “libre”. Según una estimación, se crearon más de 150 millones de trabajadores “libres” inmediatamente después de las reformas de la primera generación. Estas medidas se utilizaron ampliamente para desarrollar la industria rural, empresas privadas y empresas conjuntas entre capital estatal y extranjero. Los organismos locales imponían impuestos al campesinado para obtener capital.
Las “reformas urbanas” contienen tres características centrales:
- Los monopolistas de las ciudades costeras se empoderaron con la creación de las Zonas Económicas Especiales (ZEE). Se eliminaron las restricciones existentes sobre la pequeña y mediana empresa privada, el comercio exterior y el comercio que opera en estas zonas.
- Dejó de existir una política económica consolidada y planificada por el Estado. El principal objetivo de las empresas en funcionamiento se convirtió en lucro en sí mismo, orquestado vagamente por la planificación indicativa. Las relaciones entre las empresas y la política gubernamental fueron consolidadas, forzadas a un marco de apoyo mutuo y coordinación en la China socialista, pero ahora podían participar en una competencia prácticamente sin restricciones en los mercados libres.
- Lo más importante es que se reorganizaron las finanzas y la planificación para reflejar y facilitar la nueva dictadura burguesa.
La camarilla revisionista de Deng no entró gradualmente en la competencia y eliminó gradualmente el control estatal de la fabricación de bienes de consumo. Destruyeron las industrias que desempeñaban el papel más constructivo en la gestión estatal. Los gerentes calificados fueron seleccionados mediante competencia y no sujetos a supervisión. El gobierno les otorgó gratificaciones, aumentó o disminuyó sus activos e incluso les otorgó una compensación en función de su capacidad. La gestión de empresas por parte de los trabajadores era impensable. Las pequeñas empresas bajo gestión estatal fueron vendidas a conglomerados e individuos. Algunos incluso fueron devueltos a sus antiguos dueños.
Como Deng llegó una vez a decir: “Un mercado no es solo para bienes de consumo o para políticas, sino también para elementos necesarios para la producción; por ejemplo, fondos, trabajadores, tecnología, información y bienes raíces”. Los revisionistas implementaron las siguientes formas de distribución desde el momento de sus primeras reformas (1979-89). Reintrodujeron la idea de intereses sobre bonos, dividendos a los accionistas, bonificaciones para los gerentes que asumen riesgos e incentivos para las empresas que contraten cierto número de trabajadores, y la concomitante garantía estatal de los mismos a través de la violencia.
La política de “puertas abiertas” y las reformas de la 1ª generación permitieron a los imperialistas saquear el trabajo del pueblo chino. Las corporaciones multinacionales recibieron las comodidades que exigían. Se canceló el control general del estado sobre el comercio exterior. El estado chino otorgó permiso a las empresas para gestionar el comercio exterior de forma independiente. China se convirtió así en una entidad inseparable del mercado imperialista mundial transformándose en un mercado de bienes imperialistas y abriendo puertas a sus inversiones. Se concedieron derechos especiales a las empresas extranjeras para aumentar sus beneficios. Por ejemplo, el derecho a fijar sueldos y salarios como lo deseen, el derecho a recortar las indemnizaciones y beneficios a los trabajadores a voluntad, etc. Permitieron que cerca de 1.860.000 empresas recibieran inversiones extranjeras por un total de 150.000 millones en 1994.
Estos “Acuerdos de Asociación de Beneficios” iniciaron una tendencia en la búsqueda de ganancias por parte de funcionarios del gobierno local y gerentes de fábrica. Esto era un lugar común en las Zonas Económicas Especiales. Las empresas chinas ubicadas en Taiwán, Hong Kong y otros países de Asia oriental repatriaron pequeñas inversiones, lo que condujo a un rápido desarrollo de la pequeña empresa y la industria en el país. La demanda de mano de obra en el sector privado fue satisfecha por los agricultores del campesinado que fueron traicionados por las reformas agrícolas, y también por el proletariado que se quedó sin trabajo debido a los despidos y la privatización, creando así un gran ejército de reserva explotable de mano de obra. Las empresas capitalistas crecieron rápidamente a medida que se les abrían los inmensos nuevos campos de trabajo e inversión. Como resultado, las Empresas de Municipios y Aldeas (EMA) se desarrollaron a gran escala, lo que a su vez hizo que la economía capitalista creciera a pasos agigantados, y la anarquía del mercado se multiplicó consecuentemente.
El gobierno central tuvo déficits masivos debido a los Acuerdos de Asociación de Beneficios y los extraordinarios obsequios a la industria privada. Cuando aumentaron los déficits, los bancos concedieron fácilmente préstamos, que no se reformaron para restringir el aumento de la inflación y los consiguientes déficits en el comercio exterior. En respuesta al aumento de la inflación, el gobierno comenzó a recortar sus inversiones en el sector estatal y trató de equilibrar la situación. Esto no fue solo para ahorrar la inversión del gobierno, sino también para ayudar a reducir el déficit presupuestario. Debido a esto, hubo una gran caída en las cuotas de productos previstas en las empresas estatales. El gobierno se movió para aprobar la venta de una parte importante de su producción en el mercado abierto. Se redujo el precio de mercado de los productos de la industria pesada para el sector privado. Para corregir estos desequilibrios, introdujeron reformas aún más liberales.
En primer lugar, se introdujeron más “reformas” para hacer que las empresas de propiedad estatal (EPE) tuvieran aún más ánimo de lucro de lo que ya lo estaban. Se otorgaron aún más poderes a los directores y gerentes para administrar sus empresas como mejor les pareciera. Minimizaron la interferencia de los secretarios del partido y la influencia de la política en el manejo de las industrias, asegurando que solo la política burguesa estuviera al mando. Al introducir los Acuerdos de Asociación de Beneficios, aumentaron la toma de decisiones de la administración por sobre la inversión y la producción. El gobierno introdujo una estructura de pago basada en productos, relegando la estructura de escala de pago nacional existente a algunos administradores selectos de empresas estatales. El empleo por contrato basado en el tiempo se introdujo en lugar del trabajo garantizado de por vida. En segundo lugar, intentaron reducir el control sobre los fondos gubernamentales. Se introdujo un esquema de tributación estandarizado. Los impuestos se fijaron como un porcentaje de los beneficios en lugar de una cuota fija. Y, finalmente, el sector bancario se reorganizó sobre la base de la centralización.
La China socialista, bajo la dictadura del proletariado, limitó la compensación en su economía mercantil a los ocho grados salariales. Las diferencias en los ocho grados salariales no fueron grandes, pero el estado socialista redujo lentamente las diferencias en las escalas salariales. Aunque hubo variaciones salariales, hubieron muchos beneficios, tales como protecciones laborales para los trabajadores, residencias de bajo alquiler, atención médica gratuita, asistencia financiera para mujeres embarazadas y en posparto, compensación a los trabajadores en caso de calamidad, diferentes tipos de seguros, pensiones, instalaciones de entretenimiento, escuelas y más. La mendicidad, los barrios marginales y el desempleo fueron erradicados entre 1949 y 1976. Tiempo después, los revisionistas introdujeron muchas reformas fraudulentas que resultaron en el resurgimiento del capitalismo, y muchas de las enfermedades concomitantes del capitalismo penetraron en la vida de la gente. La restauración del capitalismo coincidió con el desmantelamiento de las estructuras de apoyo de la clase trabajadora. Factores nocivos como la pobreza, el desempleo, el uso ilegal de mercancías, la corrupción, el contrabando, la prostitución, el infanticidio femenino, el tráfico de drogas, la trata de personas, el robo, la violación, el asesinato, los concursos de belleza grotescos, etc., estaban en su apogeo.
Los esfuerzos por aumentar los subsidios a fin de motivar un aumento de la producción agrícola dentro del país habían agravado los problemas de inflación en las ciudades. Si el gobierno subvenciona el suministro de alimentos, aumenta el déficit presupuestario. De lo contrario, si hay un aumento en el precio de los alimentos, aumenta el malestar en las ciudades, ya que la clase trabajadora urbana ya está presionada entre los altos precios de los bienes de consumo, el costo de vida y los bajos salarios. A fines de la década de 1980, los crecientes problemas políticos y financieros del país redujeron el entusiasmo por las reformas liberales.
Junto con el desarrollo de las relaciones de producción capitalistas en China, surgió una pequeña clase capitalista privada. En 1990 había 98.000 pequeñas empresas privadas en China. Su inversión total fue de 4.500 millones de yuanes. Esta clase capitalista privada no era parte del gobierno y no tenía poder político. Obtuvo ganancias explotando a los trabajadores a la antigua. Sin embargo, existen conflictos entre la clase capitalista de Estado autocrática y la clase capitalista privada. Este último, con el fin de lograr una “economía de libre mercado” para todos y ganar algo de impulso político, retomó la consigna de democracia burguesa. Para lograr esta economía de libre mercado, necesitaba un sistema legal estable, protección del gobierno autocrático, derechos claros sobre la propiedad privada y políticas pluralistas. La clase capitalista gobernante autocrática acumuló cientos de miles de millones de yuanes en propiedad privada. Tenía el control total sobre la propiedad del gobierno como clase dominante sancionada por el Partido Comunista Chino. La nueva clase dominante utilizó su poder político para obtener el monopolio de las ganancias y controló los privilegios de la clase capitalista privada. Así, la clase capitalista privada exigió “democracia”. Una minoría en la China revisionista apoyó este movimiento. La mayoría de la dirección denguista se opuso a este movimiento y trató de reprimirlo. La consecuencia fue el incidente de la Plaza de Tiananmen. Zhao Ziyang, que desempeñó un papel importante en las reformas liberales, fue derrocado y el proceso de reforma se volvió más cauteloso.
Bajo la camarilla revisionista de Deng, la industria permaneció bajo la administración estatal, incluso después de la completa restauración del capitalismo. En lugar de impedir la restauración del capitalismo, la propiedad estatal simplemente vio la transformación de todas las empresas estatales en capitalistas monopolistas. Como parte de las reformas en China, la política capitalista monopolista estatal se transformó en una política capitalista monopolista privada al viejo estilo. Así, cuando China se transformó parcialmente en un régimen de capital monopolista privado, el estado capitalista-imperialista eventualmente comenzó a parecerse en cierta medida al imperialismo en América, Europa y Japón. De manera similar, cuando la restauración capitalista se apoderó de la Unión Soviética, implementó la política capitalista monopolista estatal y no sobrevivió para la transición al capital monopolista privado.
Después de que el equipo de demolición de Jruschov-Brezhnev conspiró en la Unión Soviética para tomar el partido y, por lo tanto, el poder estatal, el estrato privilegiado burgués ruso expandió su autoridad política y económica en una escala cada vez mayor. Esta clase privilegiada fortaleció su posición en el partido, el gobierno, el ejército, la economía y la esfera cultural. Esta clase privilegiada se transformó en una clase capitalista monopolista burocrática y ejerció su autoridad exclusiva sobre la riqueza social y la maquinaria estatal. Usó su poder para transformar la gestión socialista en una gestión capitalista, la economía socialista en una economía capitalista, y un estado-partido con la política como máxima prioridad en uno capitalista monopolista estatal.
La dominación del gobierno unipartidista continúa.
Factores internos importantes, como la integración y la singularidad de la clase capitalista monopolista “roja” de China, jugaron un papel central en la represión del incidente de la Plaza de Tiananmen en 1989. Estos incidentes demostraron que el capitalismo por su propia naturaleza es antidemocrático y opresivo. Un sistema de control capitalista-fascista solo puede imponerse a la clase trabajadora mediante la represión de los levantamientos populares, la violencia brutal y el uso del poder estatal. El estado unipartidista seguía siendo útil para el capitalismo monopolista chino, y la represión allanó el camino para su solidificación.
Las reformas de segunda generación.
El incidente de la Plaza de Tiananmen y la desintegración del Bloque del Este – a saber, las reformas de Boris Yeltsin se implementaron para abrir el libre mercado a la burguesía de Europa del Este, en alianza con las burguesías imperialistas de Europa y América – supusieron un gran impacto para el revisionista Partido Comunista Chino. Partido. En consecuencia, comenzó a reorganizar el control central sobre el partido y el gobierno, que había perdido su control sobre la administración como resultado de las reformas de primera generación. El liderazgo del PCCh recuperó su control sobre el presupuesto y volvió a inculcar la estabilidad financiera bajo la égida del estado. Deng introdujo la segunda generación de reformas después de visitar las ZEE en el sur de China en el verano de 1992. La expansión de las ZEE a muchas más ciudades y provincias fue el tema principal de estas reformas. La camarilla gobernante ahora estaba segura de que las reformas capitalistas podrían implementarse sin sucumbir al destino del Bloque del Este.
La inversión extranjera iba a cosechar enormes beneficios en la infraestructura y la mano de obra barata de China. Las multinacionales estaban salivando por adquirir industrias estatales, mientras que China comenzó a superar a las economías de Asia Oriental, debido en parte a las reformas de primera generación y una mayor productividad laboral, pero también debido a la infraestructura y la coordinación construidas durante el período socialista. China pudo proporcionar insumos y servicios locales como resultado de una base industrial ya sólida, complementada por su infraestructura social y financiera completamente desarrollada.
Tanto si el capital se adhirió a las reglas como si no, se asoció estrechamente con el partido y el estado en las reformas de segunda generación. Las oportunidades eran relativamente escasas para el capital extranjero. Si la inversión extranjera deseaba obtener ganancias masivas, tenía que hacer acuerdos con el gobierno. Dado que la economía era muy fuerte, China estaba en condiciones de hacer un trato difícil con las empresas multinacionales. China permitió que solo unas pocas empresas extranjeras, e incluso en esos casos bajo ciertas condiciones, invirtieran directamente en fuerzas productivas como la industria pesada. Los acuerdos de empresas conjuntas surgieron entre corporaciones estatales y multinacionales cuando las inversiones fueron lo suficientemente grandes en escala. El estado buscó utilizar las empresas multinacionales para beneficiar a la economía china, intercambiando el acceso a la fuerza laboral china por infraestructura real y fuerzas productivas. Las multinacionales construyeron plantas modernas con tecnología de punta y proporcionaron a los capitalistas de estado acceso a los métodos capitalistas occidentales de organización y conocimiento técnico. Las multinacionales podrían incluso pagar la factura de las redes de comercialización, ventas y distribución necesarias para vender los productos producidos en tales empresas conjuntas. Naturalmente, el estado capitalista ofrecía mano de obra barata y eficiente, residencias laborales, carreteras, redes de comunicación y otra infraestructura económica. Las ganancias obtenidas a través de estas empresas conjuntas fueron repartidas entre el gobierno y las empresas multinacionales.
La inversión extranjera en China fue inicialmente de grado pequeño a medio, generalmente de Hong Kong, Taiwán y Japón. Durante las reformas de segunda generación, el gobierno, con una nueva actitud acomodaticia, proporcionó disposiciones para permitir inversiones a gran escala en más de un sector. Como resultado, la Inversión Extranjera Directa (IED) en 1992 fue un poco más de mil millones de dólares, mientras que en 1994 había aumentado a 50 mil millones de dólares. Las industrias manufactureras orientadas a la exportación crecieron rápidamente debido a la avalancha de IED en el país.
Esta avalancha de IED trajo muchos beneficios inmediatos para el gobierno y los capitalistas estatales. En primer lugar, el gobierno pudo cubrir el déficit de su presupuesto con nuevos y masivos flujos de ingresos provenientes de las ganancias de las empresas conjuntas. En segundo lugar, como resultado de la IED, las exportaciones aumentaron lentamente y transformaron el déficit comercial de China en un superávit. En tercer lugar, se abrieron puestos de alto nivel en el sector estatal en las empresas mixtas. Las industrias en declive administradas y propiedad del estado pronto se reorganizaron para crear una atmósfera más agradable para los capitalistas.
Reorganizando las industrias estatales.
Las reformas de primera generación de la década de 1980 se centraron en las industrias de pequeña y mediana escala, así como en la agricultura. Las industrias del sector público central se vieron afectadas por la falta de inversión y, por lo tanto, una disminución en el progreso debido al enfoque del gobierno en la expansión de las cooperativas de las ciudades, las empresas de las ciudades y los pueblos, las empresas privadas, la expansión de las industrias, etc. El gobierno se centró en las importantes empresas estatales durante las reformas de segunda generación. El PCCh en su XV Congreso de 1997 declaró que reorganizaría todo el sector estatal. El principal objetivo era transformar las empresas estatales (EPE) populares en corporaciones con fines de lucro.
El primer paso de esta reorganización fue la privatización de las pequeñas empresas estatales, principalmente mediante la gestión o el comercio de la fuerza de trabajo en forma de privatización. El segundo paso fue transformar las empresas estatales restantes en sociedades anónimas de estilo occidental. Algunas acciones se vendieron a inversores privados en la recién creada bolsa de valores china, pero la mayoría de ellas siguieron siendo acciones no negociables. Generalmente, esas acciones eran propiedad de varios organismos gubernamentales. Como resultado de esto, en todas las industrias a gran escala, la mayoría de las acciones se transformaron en acciones de empresas de propiedad estatal. Al separar la propiedad de la administración, como es el caso de Occidente, estas reformas institucionales facilitaron el inicio de empresas conjuntas con inversión extranjera. Ahora existía la posibilidad de modernizar las empresas y actualizar la tecnología, allanando el camino hacia el tercer paso, “Corporatización”. Todas las empresas estatales pasaron a un sistema orientado a las ganancias, y las ganancias de la clase trabajadora fueron casi revertidas. Los derechos y privilegios adquiridos por la revolución y el socialismo fueron traicionados y abandonados a las necesidades del capital internacional por el estado burgués. Esta fase representó la etapa más intensa de la guerra de los capitalistas contra las amplias masas de China hasta la fecha.
La inversión privada, los despidos masivos y el auge de las privatizaciones fueron el objeto de esta reforma. Los despidos se impusieron sin piedad cuando la ley del valor retomó todo el sector público. Según las estadísticas de la PCCh, entre 1998 y 2002, más de 25 millones de trabajadores fueron despedidos de empresas del sector público y cooperativas. Para poder competir en el mercado mundial e impulsar las exportaciones, las empresas debían “modernizarse”. Esto condujo a un tremendo aumento en la construcción, al mismo tiempo que despidió a multitud de trabajadores. Otro ataque a la clase trabajadora china se vio afectado por el reemplazo del sistema de empleo vitalicio por el sistema de contrato, en el que se esperaba que los trabajadores renovaran su contrato cada año por su propia voluntad. A pesar de la prolongada protesta de los trabajadores contra esta política, la administración monopolista del gobierno, la represión fascista y la división entre los trabajadores aseguraron la implementación de la política. Otro frente más de la guerra burguesa contra la clase trabajadora china se abrió con la implementación del salario a destajo. Los salarios a destajo son la forma más pura de autodisciplina burguesa reaccionaria para los trabajadores, que ahora están atomizados en unidades de trabajo e individuos particulares, y pagados con diferentes salarios por diferente tipo de mercancía producida.
La reorganización transformó drásticamente el sector estatal. La mayor parte de la producción se trasladó al sector privado, que llegó a ocupar el 70% del PIB. La participación del gobierno en los activos industriales de las empresas del sector público se redujo de 68,8% a 42,4% entre 1998 y 2010. En este momento, los empleados también se redujeron a 19,4% de 60,5%. La participación de las exportaciones de las industrias del sector público se redujo del 57% en 1997 al 15% en 2010. El tamaño de las unidades industriales del sector público se redujo por las consolidaciones y el cierre patronal. Por lo tanto, miles de unidades industriales se redujeron al mínimo durante la década de 1990. El Banco Mundial alentó esto, comentando que: “La mayoría de las entidades han sido corporativizadas y se administran como empresas con fines de lucro. Las asignaciones presupuestarias se han eliminado gradualmente y se han eliminado los subsidios”. El Banco Mundial felicitó a la burguesía china por sus tasas de ganancia y productividad laboral.
Aunque el sector capitalista de Estado es relativamente pequeño, juega un papel destacado. Las inversiones en activos fijos de las empresas privadas de China en empresas del sector público llegan hasta el 35%. Es interesante notar que 2/3 de las 500 principales empresas del mundo son empresas del sector público de China. Todos los bancos y compañías de seguros, incluidas las acciones de las principales unidades del sector público y los activos de propiedad estatal, están bajo una sola comisión: la Comisión Estatal para la Supervisión y Administración de los Activos del Estado (SASAC).
La nueva burguesía.
La clase dominante revisionista siguió dependiendo de oprimir y robar a la clase trabajadora, y esto solo se intensificó con el desarrollo de las relaciones de producción capitalistas en China. Este sector público autoritario se transformó lentamente en un sector capitalista de monopolio estatal y finalmente en un monopolio privado. No siempre eran los activos privados obligatorios o los activos públicos (propiedad del pueblo) los que debían transformarse en activos privados para desarrollar las relaciones capitalistas. Porque en el proceso de desarrollo capitalista, los miembros de la clase dominante adquirieron sus activos privados por los medios más deshonestos.
Las formas más importantes que utilizó la burguesía para adquirir ilícitamente activos privados de activos públicos (es decir, bajo la administración del pueblo) en la China revisionista durante las Reformas de la Segunda Generación fueron las siguientes:
- Compra y venta con poder monopolístico: según las estadísticas de los expertos, 400.000 millones de yuanes por año en beneficios acumulados para la burguesía como resultado de la explotación de diferenciales de precios, intereses y tipos de cambio.
- Comercio ilegal con poder monopolístico: compraron y vendieron acciones de bienes raíces y acciones en lugar de bienes o servicios. Las acciones en la bolsa de valores son similares a inversiones especulativas. Tienen valores muchas veces superiores a los que realmente producen. Naturalmente, la tierra no tiene valor a menos que se convierta en una mercancía, pero una vez que está sujeta a las transacciones de los mercados inmobiliarios, su valor puede dispararse a millones o miles de millones de yuanes. De esta manera, es preferible acumular riqueza por medios ilícitos y el poder monopolístico que acumular mediante compras y ventas.
- Comercio dirigido por el poder monopolístico: el número de empresas privadas en China en 1992 aumentó a 420.000. Esto fue un 88,9% más que el año anterior. Todas las nuevas empresas estaban dirigidas por empresas públicas, mientras que más del 60% del comercio se manejaba a través del sector público. El Ejército Popular de Liberación (EPL) abrió lujosos hoteles, y las fábricas bajo la gestión del EPL se utilizaron para producir refrigeradores, pianos, televisores, aviones de pasajeros, etc., a gran escala. Había oficinas de ventas en Shenzhen para más de 400 fábricas. Los negocios que operaban con un poder monopolístico absoluto eran mucho más rentables que los negocios privados legítimos.
- Inversión extranjera: el estado chino ayudó a los inversores extranjeros a robar al pueblo. Los monopolistas estatales obtuvieron superbeneficios a través de la inversión extranjera, y los inversores extranjeros encontraron muchas formas y medios para evitar impuestos, regulaciones y restricciones comerciales. Intentaron adquirir tierras a precios bajos o incluso sin costo utilizando otros privilegios. Para lograr esto, necesitaban amigos en la clase dominante, y ¿qué mejor manera como inversionista extranjero que convertir a monopolios estatales individuales en los beneficiarios de su inversión extranjera? Dio la casualidad de que los altos cargos en el sector público estaban bajo el control de los hijos e hijas de líderes famosos del PCCh. Estos individuos conspiraron con bancos estadounidenses y japoneses y muchas otras corporaciones multinacionales. El partido, el gobierno y las empresas del sector público eran relaciones mano a mano sin diferencias entre ellas. Los ingresos y la riqueza del gobierno fueron robados a gran escala por la clase dominante. Como resultado, los ingresos estatales sufrieron graves pérdidas.
Ésta fue una de las principales razones del aumento de las tasas de inflación. Para superar la inflación, hubo que aumentar los ingresos y reducir los gastos. ¿Cómo aumentaron los ingresos? Incrementando el precio de los bienes de consumo. Y para disminuir los gastos, no hay otra forma que recortar las estructuras de bienestar social. Un número muy pequeño de personas amasó una gran cantidad de riqueza a expensas de la propiedad pública. Eso significa, en última instancia, que la riqueza construida por la clase trabajadora fue robada por los monopolistas estatales y sus nuevos aliados burgueses.
Liberalización del comercio – Unión a la Organización Mundial del Comercio.
La crisis de Asia oriental sacudió a Malasia, Indonesia y Tailandia durante la reorganización de las empresas gubernamentales en la década de 1990. Esto representó la imposición de un nuevo tipo de política capitalista, introducida por fuerzas imperialistas como Estados Unidos, Europa y Japón. Estos países fueron conocidos como los Tigres asiáticos. Los imperialistas intentaron construir una gran muralla contra el comunismo mientras reformaban la región a su propia imagen. Los Tigres asiáticos liberalizaron las reglas y regulaciones para aquellos países interesados en invertir en forma de préstamos. Los bancos occidentales y los fondos de inversión corrieron para comprar acciones en empresas asiáticas y obtener su parte del Milagro Asiático. Al principio, la inversión extranjera condujo a un auge predecible.
La tasa de acumulación comenzó a desacelerarse con sucesivas caídas en la demanda de fuerza de trabajo. La milagrosa inversión pronto pasó a ser una burbuja especulativa. Las ganancias esperadas no se lograban a través de estas inversiones especulativas, por lo que la inversión extranjera finalmente recobró el sentido y se trasladó a otros países. Cuando se apresuraron a recuperar sus inversiones y convertirlas en dólares estadounidenses, las monedas de los Tigres asiáticos colapsaron frente al dólar. La crisis asiática se extendió por todo el mundo entre 1997 y 1998. El capital mundial temía invertir en este tipo de economía. Con América Latina y Rusia también en grave crisis, ¿a dónde acudir?
Aunque China tenía estrechas relaciones con los Tigres asiáticos, pudo salir de esta depresión económica sin mucha dificultad. La principal razón de esto fue una amplia regulación gubernamental de la economía. China pudo canalizar el capital extranjero hacia un verdadero capital productivo y evitar las burbujas especulativas. El estado también controló estrictamente los flujos de capital dentro y fuera del país, minimizando el riesgo de fuga de capitales. Los inversores extranjeros no tenían ninguna posibilidad de recuperar sus inversiones, es decir, no podían recuperar su capital de China incluso si hubiera una grave crisis financiera. De esta forma, China pudo mitigar la crisis financiera derivada del colapso de los Tigres asiáticos.
Pero hubo una disminución constante de la inversión extranjera que ingresaba a China, particularmente la inversión orientada a la exportación. Cuando China inició la política de “globalización”, estimuló la IED. Por esta razón, el liderazgo del PCCh aprobó ciertas condiciones orientadas a las pérdidas en diciembre de 2001 y se unió a la OMC. Como resultado, el arancel de importación se redujo del 40% al 34%, más bajo que en otros países en desarrollo importantes. Al mismo tiempo, también se cancelaron los subsidios a la exportación. La agricultura atrasada en China enfrentó muchos problemas como resultado de la nueva política liberal. La asociación con la OMC limitó el número de herramientas disponibles para los estadounidenses para aislar a China. China implementó casi todas las direcciones y recomendaciones de la OMC con respecto al comercio, la liberalización de la industria y las cuestiones relacionadas con la desregulación. En cierto modo, China determinó la nueva política económica global de Estados Unidos al convertirse en miembro de la OMC. Después del estallido de la burbuja puntocom, la inversión extranjera entró en China, lo que solidificó y reforzó aún más su economía impulsada por las exportaciones. Por lo tanto, en 2004 China acumuló cantidades sin precedentes de inversión extranjera directa. La clase dominante china logró esta posición con la intención de dominar América y los demás países imperialistas. China aceptó las reglas y regulaciones del juego y siguió adelante. China se convirtió en una superpotencia económica. Esta transformación es solo una fase condicional en un proceso mucho más grande. Esta transformación solo aumentará el poder del gobierno chino. China fusionó sus enormes reservas de mano de obra con la inversión global, convirtiéndose en un radio fundamental en la rueda de la acumulación de capital global.
China como potencia económica primaria.
La economía de China creció rápidamente al intensificar las políticas capitalistas, según las reformas de segunda generación de principios de la década de 1990. La autoridad y el control sobre los activos estatales es la clave en el desarrollo de la economía china moderna. Las ganancias de las empresas públicas y el aumento de la IED hicieron que la burguesía capitalista de estado se sintiera lo suficientemente cómoda como para proporcionar subsidios e incentivos a los exportadores. La inversión pública, la IED y las exportaciones se han convertido en los tres pilares del éxito de una economía basada en las exportaciones. La participación de China en el PIB mundial sobre la base de la IED y las exportaciones aumentó a pasos agigantados. Por ejemplo, la producción de China fue del 4,1% del total mundial en 1991, y esta se incrementó al 14,3% en 2011. Esto convirtió a China en la segunda economía más grande del mundo. Al mismo tiempo, la participación de EE. UU. En 2011 era del 24,1%, que luego cayó al 19,1%. El sector manufacturero tuvo el mayor aumento en el valor del capital. China ha alcanzado ahora su cenit en términos de un sector económico del mundo. La posición de Estados Unidos como el principal fabricante del mundo, que ocupó durante 110 años, está siendo desafiada y reemplazada por la de China. Una quinta parte de la productividad mundial provino de China: el 19,8% en 2011, mientras que el 19,4% provino de Estados Unidos. China se ha convertido en el mayor exportador del mundo. Produce el 50% de todas las cámaras, el 30% de los acondicionadores de aire y televisores, el 25% de las lavadoras y casi el 20% de los refrigeradores. También produce automóviles un 20% por encima de la demanda del mercado. Alcanzó hasta el 33% de su PIB en exportaciones en 2003, a un valor de 438,87 mil millones de dólares. Esa misma participación fue sólo del 18% en 1996. Los fondos de inversión extranjeros exportaron un valor de 240,34 mil millones de dólares, lo que representa el 62,4% de las exportaciones totales de todas las empresas.
El valor de las exportaciones de bienes manufacturados es actualmente de 403,56 mil millones de dólares. Este es el 92% de las exportaciones totales. De esto, el valor de los productos de alta tecnología supera los 110 mil millones de dólares. El valor comercial de procesamiento es de 241,85 mil millones de dólares. Este es el 60% de las exportaciones totales.
La magnitud del poder financiero y exportador de China solo se compara con su falta de deuda. La deuda externa de China era solo del 9,3%. Las deudas y los servicios ocupan solo el 2,5% de la Renta Nacional Bruta del país. Al mismo tiempo, los otros países capitalistas dependen de China para comprar bonos y financiar su deuda y gasto deficitario. Por tanto, China ya no depende de ningún país capitalista. China, que nunca había robado a otras naciones para sostenerse, se había transformado sin duda en 2014 en una nueva potencia socialimperialista. Como resultado de la superexplotación, China se ha convertido en una potencia imperialista. La evolución de China como fábrica mundial no solo está fortaleciendo la reorganización económica mundial, sino que también está cambiando la dinámica de las cadenas de oferta y demanda en la economía mundial. Se ha convertido en un dragón hambriento de recursos, desde mineral de hierro hasta caucho natural y otras materias primas.
La naturaleza del capitalismo nunca cambia.
Aunque el imperialismo se ha visto algo debilitado por los cambios drásticos en el mundo después de la Segunda Guerra Mundial, la época del imperialismo no ha terminado. Mao dijo repetidamente: “Todavía estamos en una fase de imperialismo y revolución de la clase trabajadora”. El análisis científico de Lenin, basado en los principios fundamentales del imperialismo, es totalmente válido y no está desactualizado. Los principios enseñados por los camaradas Lenin y Mao son la base de nuestra teoría y práctica. El marxismo-leninismo-maoísmo sabe que el imperialismo está moribundo. En los albores de la revolución mundial, cuando el imperialismo está en su apogeo parasitario, incluso entonces no saldrá voluntariamente de este mundo. El imperialismo puede ser erradicado permanentemente de la tierra solo cuando las clases oprimidas y los pueblos del mundo se unan y hagan la revolución socialista. Pero el imperialismo lucha ferozmente, cruzando sus propios supuestos límites para sobrevivir, incluso cuando está al final de su vida. Esa es la naturaleza del imperialismo.
Ahora estamos en el siglo XXI y vivimos en la era revolucionaria global. Nuestro mundo actual ha estado sujeto a muchos cambios desde las muertes de Lenin y Mao. La historia del desarrollo demostró indiscutiblemente que los principios revolucionarios de Lenin eran correctos y que el marxismo-leninismo-maoísmo inmortal. Pero la historia tiene sus propios giros y vueltas. El nacimiento del revisionismo bernsteiniano y kautskista después de la muerte de Engels, el surgimiento del revisionismo de Jruschov-Brezhnev después de la muerte de Stalin, y de manera similar, el revisionismo Hua-Deng surgió después de la muerte de Mao. En 1956, bajo el liderazgo de Jruschov, el capitalismo fue restaurado en la URSS bajo el liderazgo revisionista brezhnevita, la Unión Soviética se transformó completamente en una potencia socialimperialista. Bajo el liderazgo de la camarilla revisionista Hua-Deng en China, se restauró el capitalismo y se sentaron las bases del poder socialimperialista.
El escenario mundial actual nos recuerda la importancia de seguir las siguientes responsabilidades:
El revisionismo debe ser expuesto y eliminado a nivel mundial. La naturaleza de la clase dominante socialimperialista de la China revisionista debe ser expuesta, debemos centrar el método histórico-materialista, y si esto se hace entonces caerán el capitalismo-imperialismo y el socialimperialismo. Debemos luchar contra los imperialistas, revisionistas y todo tipo de resistencias para avanzar y llevar adelante los movimientos liderados por las masas obreras, campesinas y oprimidas en general del mundo.
Durante una década, los marxistas han entrado en conflicto con la cuestión de si la China revisionista se ha convertido en una potencia socialimperialista, y para la respuesta a esta pregunta debemos mirar a la teoría del imperialismo de Lenin. Entonces, analicemos brevemente la teoría del imperialismo de Lenin.
Lenin explicó a fondo qué es el imperialismo. El imperialismo es una fase definida en el desarrollo del capitalista.
Su naturaleza es triple: el imperialismo significa:
- Monopolio.
- Parasitismo y decadencia general.
- Capitalismo moribundo.
Los aspectos económicos del imperialismo son cinco:
- La victoria general del monopolio.
- La formación de oligarquías financieras que unifican la inversión industrial y bancaria.
- La primacía de la exportación de capital sobre la exportación de bienes.
- Formación de monopolios que dividen el mundo entre sí.
- Lograr la división del mundo entero entre los diferentes estados capitalistas importantes.
Esta es la visión macro y microscópica de la teoría del imperialismo de Lenin. Ahora analicemos a la luz de los principios de Lenin.
Empresas monopólicas chinas.
El capitalismo monopolista burocrático y el capitalismo monopolista privado están en el poder en China. La clase dominante de China reguló la autoridad de las empresas monopolistas extranjeras sobre su economía a pesar de que las inversiones provenían principalmente de las naciones imperialistas occidentales y Japón. La clase dominante de China desarrolló empresas monopolísticas gubernamentales y privadas, y las empresas estatales (EPE) estaban oficialmente bajo gestión gubernamental, pero funcionaban como corporaciones privadas en los mercados nacionales e internacionales. Eso significa que eran como empresas multinacionales y transnacionales ordinarias. El estado y el Partido Comunista de China tienen más impacto en las corporaciones privadas que en otros países imperialistas del mundo porque la mayoría de los administradores y propietarios de estas corporaciones privadas son miembros del PCCh. De manera similar, la clase burocrática y la clase burguesa privada estaban inseparablemente asociadas. Una quinta parte de los empresarios industriales privados eran miembros del PCCh en 2002. Dos tercios de ellos son “inversores rojos”. Los mayores “inversores rojos” de China están ahora en la lista de multimillonarios de Forbes.
Las principales empresas monopolistas privadas en China se han convertido en actores globales, y si analizamos la progresión de las empresas monopolistas en China en comparación con las corporaciones más grandes del mundo, encontramos que China ocupó el tercer lugar entre las empresas más grandes y poderosas en la lista global de Forbes en 2000. China tiene 121 empresas en la lista, mientras que 524 empresas pertenecían a Estados Unidos. El beneficio promedio de estas 121 empresas fue de 168 mil millones de dólares, que es el 7% del Margen de Beneficio Bruto de las 2000 empresas más grandes del mundo.
El Fortune Global 500 es otro índice y utiliza diferentes estándares para evaluar a las corporaciones más grandes. También podemos encontrar que la participación de China aumenta continuamente con la misma dinámica en esta lista. Tres de las diez mayores corporaciones (supermonopolios) del mundo pertenecían a China. Estos son Sinopec, Corporación Nacional de Petróleo de China y el gigante energético Corporación Estatal de la Red Eléctrica de China. China ya ha superado a Japón si nos limitamos a observar las 500 corporaciones más importantes del mundo en 2000. Hoy, Japón está detrás de China. Entre estas 500 corporaciones más importantes del mundo, Estados Unidos tiene 132, China 73 y Japón 68, mientras que Francia y Alemania tienen 32. La participación de China en las exportaciones de la principal producción mundial está aumentando a un ritmo rápido. La posición superior de Estados Unidos como nación imperialista se está debilitando constantemente. De 500 empresas en el índice Fortune Global en 2000, las 197 empresas que pertenecen a Estados Unidos se redujeron a 132 en el año 2012.
Muchas corporaciones en China están dirigidas por capital extranjero. Algunos dudan de que las exportaciones de China estén bajo el control de empresas multinacionales. De hecho, los porcentajes de exportación de las empresas dirigidas por capital extranjero están cojeando lentamente hacia la quiebra. Según las estadísticas de 2012, el porcentaje de exportación se redujo en más del 50%. Las exportaciones de las empresas de propiedad privada se incrementaron hasta un máximo del 21,1%. Así que ahora, en China, las empresas privadas de propiedad local china ocupan una mayor participación en el mercado de exportación.
De hecho, según las estadísticas de China, las empresas que se considera que están dirigidas por capital extranjero no están realmente dirigidas por capital extranjero. Las empresas atendidas por Hong Kong, parte de China desde 1997, también se consideran en estas evaluaciones de capital “extranjero”. Hong Kong es el principal punto de entrada para la inversión extranjera directa (IED) en China. Por ejemplo, la IED que ingresó a China desde Hong Kong depositó 456,2 mil millones de dólares (41% del total) en 2010. Compare la IED depositada por Estados Unidos en 2010 fue de solo 78,7 mil millones de dólares (7,1% del total).
Existe el mito de que países poderosos como Estados Unidos, Gran Bretaña y Alemania dominan la economía de China. Eso es falso. La IED acumulada que se suma de todos los países como Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania, Francia y Japón fue de solo 197.400 millones de dólares en 2010, ni siquiera la mitad de la IED de Hong Kong. Del mismo modo, algunas inversiones (según las estadísticas) procedentes de Taiwán, Corea del Sur, Singapur e incluso de paraísos fiscales como Macao también constituyen una parte sustancial. Pero no podemos considerar que estas sumas “dominen” la economía china de ninguna manera. Por tanto, la afirmación de que las potencias occidentales invierten y controlan principalmente la economía china es totalmente errónea.
Por primera vez en la historia de China, el número de millonarios alcanzó los dos millones en 2013. Entre estos 251 magnates hay multimillonarios de dólares. Solo había 15 multimillonarios hace seis años. Entre estos, la mitad son accionistas de distintas empresas, inversores en el sector inmobiliario o ejecutivos de alto nivel. La mayoría de los superricos de China son empresarios privados.
China es el hogar de menos personas ricas que sus otros rivales imperiales. Según Cap Gemini en 2012, China es el cuarto país más rico detrás de Estados Unidos, Japón y Alemania. Sin embargo, los monopolios de China son los más poderosos, con un control directo incuestionable en sus sectores. Por lo tanto, China no solo se ha convertido en una potencia socialimperialista, sino que tiene mucho más espacio para desarrollarse que Occidente.
Mayores márgenes de ganancia.
La explotación y la superexplotación son las fuerzas motrices del sistema imperialista chino. La presencia de empresas estatales organizadas, centralizadas, fascistas y burocráticas permitió a China explotar a los trabajadores sin piedad y reprimir las revueltas contra la explotación. Su capacidad imperial surgió como resultado de los superbeneficios acumulados por la explotación de los trabajadores chinos, además de ayudar a la superexplotación del pueblo chino por el capital extranjero. Este es el misterio detrás del “milagro chino”. Los capitalistas monopolistas de China se han vuelto más despiadados.
El gobierno de China ha transformado con éxito el poder de su clase trabajadora, una vez el poder político predominante en el estado, en una mercancía al mantener un ejército de reserva de mano de obra a través de despidos, reorganizar y minimizar el sector gubernamental y nutrir al sector privado en paralelo al sector gubernamental. Las políticas del período socialista bajo Mao Tse-Tung, basadas en lemas que incluían la autosuficiencia, la disciplina, el sacrificio sin inmutarse, superar los dolores para servir a la gente y al país, también desempeñaron un papel importante en allanar el camino para los monopolistas y hacer alcanzable la superexplotación de la clase trabajadora.
La pobreza extrema en las regiones rurales, sumada a las fuentes de empleo disponibles en las ciudades, llevó a los jóvenes campesinos a migrar a las ciudades. Los ex-agricultores o jóvenes campesinos que se trasladaron a las ciudades se denominan migrantes. “Migrante” es una palabra que se usa principalmente para las personas que migran de un país a otro, pero en China el término se refiere a las personas que se han mudado del campo a las ciudades. Los trabajadores que se mudaron de las aldeas a las ciudades no obtuvieron residencias seguras, educación, servicios de salud, ningún trabajo reconocido, ni siquiera seguridad social. Sus condiciones de vida eran miserables. Solían refugiarse en casas destartaladas, carpas, túneles, debajo de los puentes e incluso en los baúles de los coches. Muy pronto se convirtieron en un recurso importante para la superexplotación de los capitalistas. Según China Bulletin, entre 200 y 300 millones de trabajadores emigraron del campo a la ciudad. Entre ellos, más de 140 millones solían trabajar en las ciudades. Más del 40% de la población de Beijing eran trabajadores migrantes en algún momento. Estos trabajadores migrantes fueron y suelen ser arrojados a trabajos peligrosos o de bajos salarios. Los trabajadores migrantes representan el 58% de la fuerza laboral industrial y el 52% de la fuerza laboral de servicios. El gran número de migrantes, su posición jurídica y social incierta y su situación económica vulnerable dieron lugar a una clase trabajadora numerosa y desorganizada susceptible de superexplotación. Según estadísticas oficiales, en las ciudades entre el 30 y el 37% de los trabajadores estaban sindicalizados en la primera década del siglo XXI.
La verdadera fuente de la riqueza de los monopolistas chinos es la superexplotación de la clase trabajadora, el pago de salarios por debajo del valor de la fuerza de trabajo. Las empresas extranjeras también explotan sin piedad a los trabajadores chinos. La situación en declive de los trabajadores chinos se demuestra por su participación decreciente en la renta nacional. La participación salarial del trabajador industrial en 1983 era del 57%, mientras que en 2002 era del 52,3%. En 2005 siguió cayendo al 37%, y en 2008 era sólo del 26,2%.
Dong Tao, banquero y analista, publicó estadísticas sobre la tasa de explotación de la mano de obra en China durante las últimas dos décadas. La participación total de la remuneración en el sector industrial fue inferior al 10%, mientras que al mismo tiempo fue superior al 50% en los países desarrollados. Es muy interesante notar que no solo cayó la remuneración laboral, sino que la tasa de ganancia también cayó del 240% al 43% en el sector gubernamental y las megaindustrias en China de 1993 a 2004. Se hizo obligatorio explotar a la clase trabajadora para que China se sostenga como potencia imperialista. Si China desea competir con otras potencias imperialistas como Estados Unidos y Japón, tiene que trasladar sus fábricas a países atrasados. También debe explotar a los trabajadores del mundo.
Inversión extranjera en China.
El primer principio económico del imperialismo es el monopolio. El segundo es la formación de alguna inversión financiera, transformándose así en un monopolio financiero (oligopolio). Junto con la evolución del monopolio en el sector industrial, surge el monopolio en el sector bancario. Los principales bancos se infiltran en el sector industrial invirtiendo dinero en acciones de las industrias. El monopolio reúne las preocupaciones financieras e industriales para formar capital monopolista-financiero. Algunos de los inversores que están en proceso de ganar autoridad sobre las mayores inversiones financieras se han convertido en oligopolistas financieros en China. El gobierno central tiene un control inexpugnable sobre este sector. Por ejemplo, el fabricante de bebidas, presidente del grupo Hangzhou Wahaha y el hombre más rico de China en 2012 y el segundo más rico en 2013, Zong Qinghou, tenía unos ingresos anuales de 68.000 millones de yuanes. Del mismo modo, la riqueza familiar de Wu Yajun, presidenta de Longfor Properties en Beijing, es de 40 mil millones de yuanes. Además, es la mujer más rica de China. El ex primer ministro de China, Wen Jiabao, es el patriarca de una familia de inversores multimillonarios con 2.700 millones de dólares en activos bajo su control.
Cuatro de los diez principales bancos del mundo pertenecen a China. El más grande es el Banco Industrial y Comercial de China (ICBC). Su propiedad está valorada en 2,8 billones de dólares. Los otros son el Banco de Construcciones de China (2,2 billones de dólares en activos), el Banco de China (2 billones de dólares en activos) y el Banco de Agricultura de China (2,1 billones de dólares en activos). Estos bancos son los centros de inversión monetaria. Estos cuatro bancos están bajo el control de hombres de alto rango dentro del liderazgo del PCCh. Todos los principales bancos de China están bajo un fuerte control gubernamental y del partido. Se han convertido en las principales herramientas con las que el gobierno premia o castiga determinadas tendencias, sectores o individuos, y son los ejes de la política gubernamental. Alentaron principalmente los préstamos bancarios a las empresas estatales. Esta es una de las principales razones por las que el gobierno necesita un control duradero sobre el sector público. Este fuerte control sobre las finanzas en China no es como el control significativo en manos de los beneficiarios de Wall Street en Estados Unidos. La clase capitalista monopolista privada burocrática que ingresó al PCCh ha podrido al estado de adentro hacia afuera y remodelado a China a su imagen.
La oligarquía financiera en China no solo tiene control sobre el poder político, sino también sobre diferentes sectores de la sociedad. Por ejemplo, casi 70 miembros de la Asamblea Popular Nacional de China (APN), el parlamento de China, han acumulado una gran riqueza. La riqueza total de estos miembros superó la riqueza combinada de los 585 miembros del Congreso estadounidense y su presidente, los miembros del gabinete y la Corte Suprema. El ingreso colectivo neto de estos 70 legisladores aumentó hasta 565,8 yuanes (89,8 mil millones de dólares) en 2011, y ha aumentado desde entonces.
Los bancos en China tienen dos roles. Uno es financiar la corporativización en los sectores público y privado. El segundo es acumular inversiones de acuerdo con la dirección del gobierno. Sin embargo, estos bancos son empresas individualmente rentables. Por ejemplo, casi 50 mil millones de dólares de ganancias libres de impuestos fueron compensados por el ICBC en 2012. Los cuatro principales bancos de China ganaron casi 150 mil millones de yuanes (30 mil millones de dólares), equivalente a 3/4 de las ganancias totales de China, a finales de 2012. Al mismo tiempo, esto también representa 3/4 de las ganancias totales obtenidas por los cuatro principales bancos de Estados Unidos.
Aristocracia obrera.
Surgieron dos niveles sociales, a saber, la aristocracia obrera y la pequeña burguesía en el desarrollo de la China capitalista. Su número puede ser de 100 a 150 millones. Hay dos aspectos respecto a esto. En primer lugar, hubo un gran número de sindicatos y sindicatos de agricultores en China durante mucho tiempo. El liderazgo de estos sindicatos fue asumido por revisionistas durante el período de la restauración capitalista. Se concentró el liderazgo público y privado. Esto se convirtió en un recurso primordial para el surgimiento de una aristocracia obrera.
En segundo lugar, también había una burguesía entre las personas en ocupaciones como la administración de fábricas, la administración de servicios y millones de agentes de bolsa, abogados, educadores e ingenieros. Esos niveles que recibieron reconocimiento como profesionales y gerentes sirvieron a las principales corporaciones locales y extranjeras y a la clase capitalista emergente en China. Esta capa especial de personas refleja el nacimiento del imperialismo en China. Posteriormente, la mayoría de trabajadores y agricultores fueron sometidos a superexplotación. Las ganancias masivas obtenidas a través de la inversión monopolística son la base financiera de esta aristocracia obrera y, por lo tanto, del desarrollo del revisionismo dentro del movimiento de la clase trabajadora. El nacimiento de una aristocracia obrera en las condiciones de un imperialismo emergente dio lugar a una política revisionista y a formas de proteger este imperialismo en ciernes. Los aristócratas obreros son de hecho los agentes de la clase burguesa invisible. El revisionismo es la ideología burguesa con la máscara del marxismo.
Anarquía económica en el capitalismo.
China se vio menos afectada por la crisis de sobreproducción mundial, así como por la inflación, ya que ha desarrollado más y más rápidamente capacidades para equilibrar el peso de las transacciones de crédito / débito. Hubo atractivos paquetes de estímulo durante el período inflacionario de 2008 a 2009. Sin embargo, como parte de la competencia en el sector monetario, China estaba avanzando hacia la asignación de inversiones por medios irracionales. Esto es inevitable bajo el capitalismo desde el punto de vista del marxismo-leninismo-maoísmo. Se puede comparar con la burbuja de las puntocom en los EE.UU a fines de la década de 1990, cuando se asignaron de manera irracional enormes inversiones en empresas de Internet. Muchos de ellos no pudieron obtener ganancias y sufrieron pérdidas de miles de millones de dólares. Hubo una nueva ola en la atracción de inversiones después de esta crisis de 2000 a 2006 en Estados Unidos, que se transformó en la crisis de los préstamos hipotecarios prime y la crisis de las hipotecas de alto riesgo a fines de 2007. La misma crisis ocurrió en Japón a fines de la década de 1980. La burbuja inmobiliaria japonesa estalló a principios de la década de 1990.
Las crisis se desarrollan continuamente en el sistema monetario chino, al igual que en todos los demás países capitalistas-imperialistas. Por ejemplo, se está formando una crisis de vivienda en China; en realidad, ha estado presente durante muchos años. Por primera vez en 2013, la venta de casas nuevas cruzó el umbral del billón de dólares. El valor total de las casas nuevas aumentó un 27% anual antes de este boom. Las ventas medias de viviendas nuevas en Beijing antes de un año de este boom aumentaron al 16% en 2013. Además, las ventas medias de viviendas nuevas aumentaron al 18% en Shanghai y al 20% en Guanzhou y Shenzhen. También hay un sector bancario en China (aunque con características diferentes a las de los países occidentales) bajo el control del gobierno. Actualmente en China, la sobreproducción está en marcha, al igual que en todas las economías capitalistas. Una de esas manifestaciones es el fenómeno de las “ciudades fantasmas”, así como los bloques de apartamentos y oficinas que están vacíos.
No hay diferencias ideológicas entre los otros países capitalistas-imperialistas y China en la anarquía económica. Habrá burbujas de riqueza y expansión de la deuda en tiempos de auge económico en cualquier país. La anarquía económica está asentada en la naturaleza de la política capitalista.
La exportación de capital conduce a la primacía global del capital financiero.
Exportación de inversiones en forma de bonos y préstamos.
Lenin enseñó que el surgimiento de los monopolios y la importancia del capital de exportación son dos de las características definitorias más importantes del imperialismo.
El repentino desarrollo del capital de exportación es la principal causa de esta transformación. El impacto de la acumulación extrema a través de la inversión industrial, inversión financiera (bonos y deudas, etc.), la renta imperialista y la productividad industrial unida con una inversión bancaria masiva – estos factores hacen que la exportación de capital sea posible y necesaria. Esto se puede ver claramente cuando hay un crecimiento repentino y anormal en las bolsas de valores locales y extranjeras. Estas acciones aumentaron a 3.305 billones de dólares en marzo 2012 de 165 billones de dólares en el año 2000. Curiosamente, la bolsa de valores extranjera es igual al valor total de la bolsa de valores los próximos seis países. La bolsa de valores extranjera es utilizada por el capital financiero en forma de deudas. La parte del valor adicional obtenido del país que obtuvo el préstamo será realizada por los accionistas. Por lo general, la bolsa de valores extranjera debería tener algunos derechos especiales como consumidor. Estos estarán garantizados en forma de bonos de gobiernos extranjeros o depósitos bancarios del FMI (según las leyes de contratos internacionales) que son relativamente seguros y transparentes. De hecho, 3.3 trillones de dólares de la economía de China son intercambios en acciones extranjeras únicamente.
Actualmente, China se ha convertido en el mayor acreedor capitalista de Estados Unidos en forma de bonos de tesoro (treasury bonds) estadounidense. Ahora, China compra acciones de préstamos gubernamentales de países de la zona europea.
Incluso en deudas bilaterales, China es un prestamista activo para muchos países. De acuerdo con el Financial Times, los bancos chinos se han convertido en importantes instituciones financieras mundiales en los últimos años. China presta más a países atrasados que el Banco Mundial. Bancos como el Banco de Exportación e Importación de China y el Banco de Desarrollo de China estaban preparados para otorgar préstamos de hasta 10 mil millones de dólares a muchos otros países y empresas imperialistas, incluso llegaron a acuerdos durante los años 2009 y 2010. El Banco Mundial hizo un acuerdo por 100 mil millones de dólares para prestar a otros países entre los años 2008 y 2010.
Inversión extranjera directa (IED) como capital de exportación.
China inició su estrategia “Go Global” en el año 2000. El objeto de este eslogan es la necesidad de re-centralizar parcialmente el capital de exportación en lugar de las exportaciones de bienes baratos en el sector económico. Según Xinhua, el 15 de marzo de 2011, el entonces Primer Ministro Wen Jiabao declaró: “Tenemos que implementar la política Go Global de una forma más acelerada. Las políticas que respaldan la política Go Global deben mejorarse. Los procesos de escrutinio y aprobación deben simplificarse. Debemos ayudar a las compañías o empresas y personas que pueden invertir en otros países. Animemos a las empresas a trabajar globalmente muy rápido con políticas de primera. Debemos reforzar la orientación macroeconómica. Mejoremos la maquinaria necesaria para impulsarlos a defender y prevenir los desastres del capital.”
Hay algunos objetivos principales para la política “Go Global” de China: crear “campeones globales” y alentarlos en una estrategia. Esto significa que las multinacionales acuarteladas en China deberían competir efectivamente con marcas globales en el mercado internacional. Por ejemplo, Pearl River es el fabricante de los mejores pianos del mercado. Ha superado a su competidor Yamaha incluso en calidad. De forma similar, como multinacional en el mundo moderno, tiene acceso a una base tecnológica de clase mundial. El atraso no existe para las multinacionales chinas. Es posible obtener tecnología extranjera a través de la IEDE (Inversión Extranjera Directa en el Exterior), en lugar de la IED (Inversión Extranjera Directa). Es posible resolver obstáculos substanciales, como cuotas y aranceles de importación, utilizando diferentes compañías y sus sucursales mundiales. De esta manera, la estrategia “Go Global” ha madurado como una precondición para el capital de exportación moderno. Es una necesidad básica para todos los países imperialistas encontrar los lugares más rentables del mundo y explotarlos en la mayor medida posible.
China salió de la crisis financiera mundial como un importante exportador de capital. La crisis del 2008 comenzó en los Estados Unidos y provocó la insolvencia de muchas empresas importantes y bancos públicos. Para mantener la estabilidad, el gobierno occidental rescató a las empresas multinacionales con grandes paquetes de estímulo. China aprovechó esta oportunidad y la utilizó para invertir en otros países. Por tanto, las exportaciones de capital aumentaron significativamente. Los imperialistas chinos están invirtiendo capital en enormes sumas para materias primas y activos industriales en otros países, más que en su propio país. El capital chino aprovechó hábilmente la escasez de crédito después de la crisis y una fuerte demanda de efectivo por parte de las empresas en crecimiento en los países del norte y sur. Esto mejoró enormemente las inversiones del capital de China en otros países.
La IEDE china en el pasado fue tan baja como 2.5 mil millones de dólares. Se tardó hasta 2007 en crecer a 18.6 mil millones, pero se disparó a 52.2 mil millones de dólares para 2008. De acuerdo a los datos de Standard Chartered, la IEDE alcanzó los 65 mil millones de dólares para 2009, mientras la IED en China era de 150-180 mil millones de dólares. China emergió como una potencia imperialista solo recientemente. Es más débil que los países imperialistas de occidente y Japón, que mandan en las finanzas internacionales. Por tanto, las IEDs están más en manos de las antiguas potencias imperialistas que en China. Sus participaciones son las siguientes en China: America 21.1%, Gran Bretaña 8.1%, Alemania 6.8%, Francia 6.4%, Hong Kong 4.9%, Italia 2.4%, mientras que China tiene 1,7%. Sin embargo, China se ha desarrollado muy rápidamente invirtiendo IEDs desde 2005 en adelante. De acuerdo a las estadísticas oficiales, las IEDs alcanzaron 344.8 billones de dólares entre 2005 y 2012. La IED china ha superado algunos de sus oponentes, incluso Canadá e Italia. Ha alcanzado el nivel de Alemania.
Según los datos de la Fundación Heritage, los países más importantes donde China mantuvo capital entre 2005 y 2010 son los siguientes – Australia: 45.3 mil millones de dólares, América: 42 mil millones, Brasil: 25.7 mil millones, Indonesia: 23.3 mil millones, Nigeria: 18.8 mil millones, Canadá: 17.2 mil millones, Irán: 17.2 mil millones, Kazakstán: 12.3 mil millones, Grecia: 5 mil millones, y Venezuela: 8.9 mil millones.
China tiene el interés más alto en fondos de ahorro. El superávit más alto en cuentas corrientes es de unos 195 trillones de dólares, que es el superávit más alto del mundo. Al menos 80 millones de empleados extranjeros que trabajan para empresas chinas viven en países semicoloniales y semifeudales. El papel de China está creciendo rápidamente en los países atrasados. Las empresas monopólicas de China están centrando la inversión en importantes proyectos de infraestructura, como puertos, además de otras inversiones estratégicas como refinerías de petróleo. China ya ha invertido 200 millones de dólares en la construcción de puertos modernos en Gwadar en Pakistán. La mina de níquel Ramu, valorada en 2.100 billones de dólares y situada en Papúa Nueva Guinea, fue capturada por la Corporación Metalúrgica de China (CMC). Refleja la mayor inversión china en el Pacifico Sur y ha sido objeto de ataques armados por aldeanos descontentos resentidos por la destrucción de sus hogares y el envenenamiento de las aguas con subproductos de níquel y cobalto.
Similarmente, COSCO, el gigante naviero chino, adquirió una participación controladora del 51% de Piraeus, un importante puerto griego en el este mediterráneo.
Para fines del 2006, China había realizado 5.000 inversiones regionales y las TNCs (corporaciones transnacionales) instalaron 10.000 IEDs en 172 países alrededor del mundo. Las IEDs acumuladas en otros países totalizaron sólo 90.630 billones de dólares.
China fue salvada de la crisis económica global porque el sector bancario en China está bajo control del gobierno. Debido a esta sólida posición, China pudo invertir en otros países y aprobó 100 millones de dólares en inversión local en empresas chinas, alentando a las empresas locales a invertir más en otros países. China se está centrando principalmente en los recursos minerales y eléctricos, y ha consentido en organizar una inversión de 46 billones de dólares para suministrar petróleo a largo plazo desde países como Rusia, Brasil, Venezuela y Kazajstán. Junto con esto, China está invirtiendo enormes cantidades de capital en empresas de recursos energéticos. Los conglomerados chinos se están reorganizando inevitablemente para competir a nivel global. También era obligatorio para China crear o comprar redes de marketing, bonos y tecnología para desarrollarse.
Para hacerse un lugar entre los principales conglomerados, China se involucra regularmente en negocios turbios y/o pocos éticos, así como adquisiciones masivas. China organizó una empresa conjunta con ALKATEL, un fabricante francés de maquinaria de telecomunicaciones, y TCL, el fabricante masivo de televisores y productos electrónicos. China obtuvo el control de las operaciones de THOMPSON, uno de los fabricantes de TV y DVD más grandes de Europa. Zoomlion, un productor de maquinaria pesada de concreto en China, adquirió la firma italiana de máquina de construcción CIFA en 2008. Aunque la inversión extranjera aumentó, las empresas y burócratas chinos temían por la estabilidad del dólar estadounidense. China ha mantenido sus 1.95 trillones de dólares en divisas en treasury bills y otras empresas estadounidenses como capital. Los líderes chinos están tensos por la seguridad de sus activos y su valor y temen que el paquete de estímulo estadounidense pueda poner en peligro sus propiedades. China estableció la Corporación de Inversiones de China con la intención de invertir 200 billones de dólares en empresas multinacionales y empresas monetarias mundiales en 2007. Estableció el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura para reunir inversiones y lograr una sólida presencia en Asia y Europa, con el fin de solidificar el sueño; el proyecto de “Iniciativa de la Franja y la Ruta” integrado.
Las fuertes tenencias de divisas permiten a China extender su impacto económico y político en otros países. China se ha convertido en una de las fuentes de inversión, deudas y apoyo de los países atrasado y endeudados. Por ejemplo, cuando los aliados tradicionales de Jamaica, como Estados Unidos y Gran Bretaña, languidecieron en la crisis financiera, China anticipó 138 millones de dólares para “salvar” a ese país. China prestó grandes sumas a Rusia y Kazajstán. Para superar la crisis financiera mundial y apoyar al noroeste de Asia, China declaró un fondo cooperativo de capital de 10 billones de dólares y un préstamo de 15 billones de dólares para alianzas asiáticas. Países como Tailandia, Malasia y Filipinas, que tienen fuertes alianzas con Estados Unidos y Japón, están buscando actualmente inversiones de capital de China.
De esta manera, el imperialismo es la base más sólida para la explotación de los mercados al más alto nivel, así como para explotar a las naciones más pobres.
La inversión de China en Asia y América como una explotación de estilo neocolonial.
Para ver cómo China despilfarra y explota los recursos y la mano de obra de América Latina y Asía, veamos algunos ejemplos clave.
Laos es uno de los países más pobres y atrasados del mundo. Se encuentra al sur de Yunnan en China. Laos fue destruida durante las guerras imperialistas en Indochina y ahora está experimentando un nuevo tipo de inversión y explotación. China importa madera y minerales a gran escala. Un gran número de agricultores que cultivan caucho no son propietarios de sus tierras, sino que trabajan bajo los contratos chinos. China está construyendo una línea ferroviaria de $7.2 billones, desde Boten en la frontera hasta Vientiane, la capital, para el saqueo de madera, caucho, cultivos alimentarios y minerales de Laos. Cerca de 50.000 trabajadores están involucrados. Esta ruta es importante para que China organice su programa en el sudeste asiático. Esta ruta conecta Vientiane con el importante centro de negocios de Bangkok. Luego se expandirá para abarcar Rangún en Myanmar. En Laos, China opera una serie de zonas económicas especiales. Se están construyendo muchos proyectos. A su vez, si Laos no se está convirtiendo en un estado de China, entonces ciertamente se está convirtiendo en un estado para China.
La influencia de China en Asia del Sur.
Es importante comprender los intereses imperialistas de China y el impacto de la expansión china en Pakistán, Afganistán, Sri Lanka y Nepal.
Pakistán: Pakistán es actualmente el aliado más fuerte y confiable de China. China ha brindado apoyo diplomático y una amplia ayuda militar a Pakistán, incluida la tecnología nuclear, durante décadas. El objetivo de las operaciones de China en Pakistán es crear una fuente de recursos comerciales y energéticos para el Golfo y África. El apoyo de Pakistán a China no es solo contra India, sino que también se alinea con su rivalidad estratégica con Estados Unidos. China ha proporcionado dos nuevos reactores nucleares a Pakistán como respuesta directa al Acuerdo Nuclear entre Estados Unidos e India. China brindó una importante asistencia de contrainsurgencia a Pakistán y continúa realizando inversiones masivas en el país. Los negocios entre los dos países crecieron rápidamente en la última década. La economía pakistaní se ha estancado, la inversión extranjera directa se ha ralentizado, el desempleo y los precios han aumentado y la explotación se ha intensificado. La inversión de China en la economía pakistaní es especialmente fructífera sobre esta última base.
China está proporcionando una inversión de $50 billones con el objetivo de crear un Corredor Económico China-Pakistán (CECP) para 2030. Este corredor tendrá una importancia estratégica para China como base naval y como fuente de energía, conectando Sinkiang en el oeste de China con Baluchistán en Pakistán.
China ha estado involucrada en proyectos de infraestructura a gran escala, incluidos casi tres mil kilómetros de carreteras y ferrocarriles, así como tuberías. Parte de esto es para mejorar la autopista Karakórum conectando Sinkiang con Pakistán. Hay un plan para agregar una ruta de tren y China tiene derechos de compra para usar el Puerto de Gwadar en Pakistán durante más de 40 años como parte del proyecto CECP.
China depende del Estrecho de Malaca para cruzar el Océano Índico. Esto se ha convertido en una fuente repetida de tensiones en un momento en que China necesita desesperadamente aliados en esta región. Estados Unidos sigue siendo claramente la potencia dominante. El CECP nació con el objetivo declarado de gestionar las exportaciones y el comercio con Pakistán, pero en realidad, el Puerto de Gwadar es el verdadero premio. Esta relación de subordinación de Pakistán con China se solidifica por el paternalista acuerdo de ayuda financiera que se obtiene entre los dos. Esta deuda tomada por Pakistán no ayuda a la población local, pero todo el pueblo pakistaní tendrá que pagarla. A su vez, China se ha visto obstaculizada por la carga de los políticos en Punyab y Rawalpindi en Pakistán. A los oficiales chinos que trabajan en el proyecto se les proporcionó con 15.000 soldados chinos en nombre de la defensa. Esto hará que China sea política, económica y estratégicamente más fuerte en la región.
China también está intentando suprimir la supremacía de la India en el Océano Índico. La presencia de China allí es una preocupación creciente para la clase dominante india, a la que le preocupa que esas rutas atraviesen Gilgit-Baltistán en Cachemira y lleven al Ejército Popular de Liberación al Océano Índico. China abandonará necesariamente la actitud neutral adoptada desde 1963 en Cachemira. Por otro lado, Rusia ha unido su proyecto económico euroasiático con CECP, ya que las crecientes alianzas estratégicas entre India y Estados Unidos no se han mostrado receptivas a la idea. India coopera con ejercicios militares estadounidenses destinados a aislar a Pakistán. En este contexto, se gastaron 100 millones de dólares desarrollando el Puerto de Chabahar en Irán.
El ascenso chino en el Mar Arábigo, junto con el proyecto CECP, continuará. La ruta de China en el Golfo Pérsico y el Estrecho de Ormuz se ha reducido a 600 kilómetros. El tramo de 12.000 kilómetros de la antigua ruta marítima al Golfo Pérsico por el Estrecho de Malaca se encuentra entre el Mar de China Meridional y el Océano Índico del Norte, desde Sri Lanka hasta el Mar Arábigo. Esto agilizará el proceso de importación de petróleo de los países de Asia Central y África para su venta barata. De hecho, estos mercados representan los mayores suministros de petróleo del mundo. Con la finalización de este proyecto, China tendría conexión directa con 60 países y controlará el flujo de petróleo y productos derivados a otras naciones. A medida que la competencia de China ha aumentado, la intolerancia está aumentando en los países imperialistas rivales, pero otros no están amenazados por el proyecto CECP. Inglaterra, por ejemplo, está interesado en invertir en el proyecto CECP.
Por otro lado, gente de Beluchistán y Sind han sido desplazados debido al CECP. Pakistán no está dispuesto a pagar para reubicarlos. A China tampoco le importan estos expatriados. De esta manera, el CECPse ha convertido en un asunto de vida o muerte para los baluchis y la gente del Índico. Mientras tanto, los pequeños y medianos fabricantes y los productores artesanales son empujados a una severa crisis con el envío de productos chinos a Pakistán. En general, el proyecto económico de China-Pakistán recuerda al Plan Marshall de Estados Unidos. Al final, también es peligroso para soberanía pakistaní.
Afganistán: A medida que la OTAN se retira de Afganistán, China ha acelerado sus operaciones económicas, políticas y de seguridad. En años recientes, China ha lanzado algunos proyectos importantes en Afganistán, incluidas las minas de cobre en Mes Aynak, así como la explotación de petróleo y gas. China se ha convertido en el mayor inversor extranjero en Afganistán, después del colapso de la ayuda y la inversión de los países occidentales luego de 2014. China ha mejorado sus lazos políticos y de seguridad en Afganistán. En junio de 2012, China y Afganistán desarrollaron su relación en forma de asociación estratégica y cooperativa. China no solo está fortaleciendo las relaciones con el gobierno, sino que también alienta el dialogo, tanto en público como en secreto, con los talibanes afganos. Los acuerdos de seguridad recientes incluyen inteligencia, cooperación en la contrainsurgencia y mayor capacitación para las fuerzas de seguridad afganas. La Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) se ha ocupado de las cuestiones afganas desde 2002. En 2012, acogió Afganistán como observador. Se espera que tanto China como Rusia tengan un alto nivel de inversión en Afganistán en el futuro. En general, China ha realizado movimientos estratégicos, económicos y militares para traer a Afganistán dentro de su esfera de influencia.
Sri Lanka: A pesar de las buenas relaciones entre China y Sri Lanka, los lazos se han fortalecido significativamente desde que asumió el presidente Rajapaksa en 2005. Hoy, China es el mayor financista y proveedor de defensa de Sri Lanka. El lugar estratégico de Sri Lanka en el Océano Índico es importante para los proyectos chinos. El 90% de las importaciones de energía en China se canaliza a través de las rutas marítimas adyacentes de Sri Lanka. Por esta razón, China quiere una asociación política fuerte con Sri Lanka, que incluye el desarrollo de infraestructura y las instalaciones portuarias para Sri Lanka. Por esta vía, China continúa frenando el dominio de India en el sur de Asia.
China ha respaldado las políticas de no-injerencia en el caso de China, pero en la práctica, utiliza sus países de “patio” como parte de su estrategia global. China brindó todo tipo de apoyo en la guerra del gobierno de Rajapaksa contra la Liberación Nacional Tamil. Los LTTE (Los Tigres de Liberación del Eleam Tamil), y todo el pueblo de Tamil, como consecuencia, han sufrido inmensamente. Miles de tamiles, desde infantes hasta combatientes, fueron asesinados sin piedad durante la guerra, y continúan siendo asesinados en pogromos patrocinados por el estado. China repetidamente se ha opuesto a las propuestas de las Naciones Unidas para la investigación de crímenes de guerra en Sri Lanka, así como a obtener ganancias significativas con la venta de armas durante la guerra. China siguió entrenando a las fuerzas armadas de Sri Lanka mucho después del final de la guerra. Los planes para las operaciones estadounidenses continúan.
Desde 2009, China ha sido un enorme financista de grandes proyectos dentro de Sri Lanka, ofreciendo enormes préstamos para proyectos de infraestructura. La mayoría de los proyectos financiados por China se encuentran en el sur y centro de Sri Lanka. Abundan las disputas por la tierra. Estados Unidos está listo para abandonar Sri Lanka. Sin intención de apoyar reparaciones por crímenes de guerra, sin intención de mejorar los derechos de los pueblos oprimidos, está claro que los intereses imperialistas de China son responsables en gran parte del pésimo estado actual de Sri Lanka.
Nepal: Dado que China e India limitan con Nepal, es estratégicamente importante para ambos países. Nepal siempre fue un aliado cercano de India y mantuvo buenas relaciones con China. Las relaciones con China han incrementado desde la caída de la monarquía en 2008. Los principales objetivos de China en Nepal son forzar a Nepal a reprimir las actividades políticas de los refugiados tibetanos, adquirir el apoyo nepalés para las fuerzas de seguridad chinas a lo largo de la frontera y mejorar su influencia en el sur de Asia, abrir nuevas rutas comerciales a través de Nepal y expandir su influencia china mientras se aísla a la India. En medio de todas esas estrategias, la situación de Nepal es la siguiente:
Desde 2008, China ha intensificado dramáticamente sus políticas de seguridad política y económica en Nepal. En 2012, el Primer Ministro de China vistió Nepal por primera vez en la década. Anunció una gran cantidad de ayuda China. China ha expandido su presencia diplomática en Katmandú para fomentar la llegada de gente y construir centros de estudios chinos en todo Nepal. La creciente influencia china en Nepal es una seria preocupación para la India. Si bien el ejército nepalí ha estado tradicionalmente en estrecho contacto con el ejército indio, está ampliando las relaciones con las fuerzas de seguridad chinas. Los ejércitos de India y Nepal son beneficiarios de una amplia formación estadounidense, pero eso está empezando a cambiar. China ahora está suministrando armas y equipamiento al ejército nepalí en cantidades limitadas, pero eso ciertamente se disparará en el futuro.
Las operaciones chinas en Nepal están entre las más importantes en la economía. China es uno de los cinco países que provee “ayuda” a Nepal. Desde el fin de la guerra civil, ha aumentado significativamente sus negocios e inversiones en Nepal. China ofrece préstamos para la infraestructura nepalí y para proyectos de energía hidroeléctrica. La inversión china en Nepal ha contribuido a incrementar las tensiones entre China e India. Por ejemplo, en 2008, Tibet firmó un plan para un proyecto de ferrocarril a Nepal. Si bien es probable que la India se beneficie de la expansión económica de Nepal, la clase dominante de la India está seriamente preocupada por esto. También reduce la dependencia de Nepal de los puertos y los recursos energéticos indios, mientras que China proporciona un nuevo corredor para entrar en el sur de Asia. Más allá de esto, India teme que China haya ganado la oportunidad de que el EPL se despliegue lo más rápido posible en la frontera del Himalaya.
La influencia imperialista de China en África.
China ha apuntado al gran continente de África que Estados Unidos, Europa y Japón han ignorado en gran medida, salvo por algunos recursos estratégicos. Hay enormes reservas de minerales en África, como petróleo, hierro, cobre y oro. 30% de todos los depósitos minerales del mundo se encuentran en el continente africano, incluyendo un 42% de la bauxita del mundo, el 38% del uranio, el 42% del oro, el 55% del cobalto, el 44% del cromo, el 82% del manganeso, el 95% del vanadio y el 73% del platino mundial. China es el principal importador mundial de muchos de esos materiales. De esta manera, China continúa explotando al África al estilo neocolonial. Los social-imperialistas chinos están haciendo ahora el trabajo de los imperialistas occidentales en África. El dominio económico chino crecerá rápidamente en África en un futuro muy próximo. China es ahora el socio comercial más importante de África.
Actualmente, China está comprando alrededor de un tercio del petróleo de África, principalmente de Angola y Sudán. China está abriendo un nuevo campo petrolero valorado en 800 millones de libras en Sudán, y ha construido un oleoducto de 900 millas allí. Ha invertido 8 mil millones de libras, gastando 1.2 mil millones para establecer nuevas instalaciones petroleras frente a las costas de Nigeria. China se ha convertido en un socio estratégico de los sectores petrolíferos y mineros en el Congo, al mismo tiempo que adquiere proyectos de desarrollo del comercio minorista en la capital de cada país, incluyendo minas en Zambia, fábricas de ropa en Lesoto y ferrocarriles en la República Centroafricana y Uganda. Para abastecer los proyectos imperialistas chinos, se necesitan nuevos mercados para más materias primas y bienes productivos. Es probable que el consumo de petróleo de China aumente al menos un 10 por ciento cada año. Dependiendo del nivel de demanda, en 20 años esta necesidad será insaciable, y de ahí la exploración por petróleo extranjero. Las reservas más grandes del mundo ya se encuentran en Estados Unidos y el hemisferio occidental. Arabia Saudita e Irak contienen el 45 por ciento de las reservas de petróleo del mundo. A su vez, las relaciones con China han crecido. Sudán es el cuarto mayor proveedor de petróleo de China después de Arabia Saudita, Irán y Omán.
En África, 3 compañías petroleras públicas chinas operan la CNPC, CNOOC y SINOPEC. Las operaciones chinas en el sector petrolífero continúan en Sudán, Angola, Nigeria, Argelia, Guinea Ecuatorial, Congo y Gabón.
En 2006, las relaciones chino-africanas marcaron un hito. El presidente Hu Jintao y el Primer Ministro Wen Jiabao visitaron 10 países africanos. En el mismo año, en la tercera sesión del Foro Cooperativo de China en Beijing participaron 48 de 53 países africanos.
El gobierno publicó un documento ese año en el que se describe la política en África. Declaró los objetivos de China y las formas de lograrlos. El comercio bilaterial de $20 mil millones en el año 2000 aumentó a $55 mil millones en 2006. Estados Unidos y Francia se convirtieron en el segundo y tercer socios comerciales más importantes de China. En 2004, China otorgó 156 préstamos por valor de 1.380 millones de dólares a 31 países y gravó más de 190 productos. A finales de 2005, China había asumido 720 proyectos de África.
En África, China implementa el socialismo en palabras y el imperialismo en sus acciones. La política exterior socialista se caracteriza por la intensa explotación de la clase trabajadora y media, coreando sus cinco principios: honestidad, igualdad, beneficio mutuo, solidaridad, desarrollo conjunto. El “intercambio mutuo”, el “respeto por la diversidad” y la “paz” están incluidos en cada declaración emitida por los imperialistas para África. Estas palabras agradan a los gobiernos saqueadores locales. De esta manera, China está engañando a los trabajadores y agricultores africanos que luchan por el socialismo. China está presionando a los comerciantes africanos exponiéndolos a la quiebra. A medida que China exporta productos baratos a África, las industrias cierran. Los imperialistas han destruido el medio ambiente. China hace demandas del pueblo por un África independiente y unido, a la vez que subyuga y deforma sus economías. Se violan los derechos humanos y se corrompe aún más a los gobiernos burgueses. Existe una creciente indignación entre los agricultores de Ghana por las excavaciones mineras ilegales de China debido a la contaminación del agua potable. China ha violado repetidamente las leyes de los países anfitriones. Así, los imperialistas chinos han intensificado el estilo de explotación neocolonial en lugar de desarrollar economías independientes y autosuficientes.
Inversiones chinas en América Latina.
La IED de China está creciendo rápidamente en América Latina. Los imperialistas operan como una mafia, saqueando los países y destruyendo el medio ambiente. El comercio entre China y América Latina alcanzó los 261.200 millones de dólares en 2012. Esto es equivalente a las cifras comerciales entre China y África, pero China ha ido aún más lejos en América Latina que en África. Los préstamos para el desarrollo otorgados por el Banco de Desarrollo de China y el Banco de Exportación e Importación de China en 2005 fueron mucho mayores que los préstamos otorgados por el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo. Estas actividades de desarrollo en curso se llevan a cabo en beneficio de los imperialistas, cuyas inversiones compiten entre sí.
En América Latina, China produce muchas instalaciones de infraestructura de recursos. En la provincia de Santa Cruz en Argentina, Zhejiang Corporation está construyendo dos nuevos proyectos hidroeléctricos con préstamos de $4.7 mil millones de China. La empresa china Sinohydro construirá una planta en Ecuador con la ayuda de un préstamo de 2.200 millones de dólares. China está invirtiendo en cobre chileno, mineral de hierro en Brasil y cultivos de soja en Argentina como parte de la adquisición de materias primas y recursos naturales. El 87% de la IEDE de China (Inversión Extranjera Directa en el Extranjero) está expuesta por empresas del sector público chino. Las corporaciones privadas chinas ahora también están exportando capital.
Formación de bloques económicos y militares: mayor control de los imperialistas chinos.
La Organización de Cooperación de Shanghái (OCS)
La Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) se formó el 26 de abril de 1996. Seis países – Rusia, China, Kazajstán, Uzbekistán, Kirguistán y Tayikistán – son miembros permanentes de la OCS. Los países observadores, India y Pakistán, han sido miembros de pleno derecho de la conferencia de la OCS celebrada el 9 de junio de 2017. La OCS se ocupa nominalmente de cuestiones políticas, económicas y de seguridad. Bajo su égida, China y Rusia han llevado a cabo juegos de guerra con regularidad desde 2005. A través de ellos, Rusia y China realizan un pacto estratégico colectivo contra Occidente, con la OCS como una especie de contraparte de la OTAN dirigida por Estados Unidos. Además, la OCS es socia de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) formada por Rusia como parte de una alianza militar de 6 estados postsoviéticos, además de dos observadores, Afganistán y Serbia.
BRICS
Las dos economías imperialistas en el BRICS, Rusia y China, son las únicas con capacidad para invertir grandes sumas de capital financiero. Brasil, India y Sudáfrica fueron los precursores del BRICS, a pesar de algunas contradicciones y conflictos entre estos países. BRICS fue establecido para perseguir intereses comunes de las economías en desarrollo, a pesar de sus varias ventajas y desventajas. La economía más grande y de más rápido crecimiento es, por supuesto, China. Estados Unidos, su próximo rival más cercano, ha monopolizado instituciones internacionales de crédito como el FMI, el Banco Mundial y otras herramientas imperialistas. No hay planes para retirar a los países del BRICS de los esquemas del FMI y del Banco Mundial. Pero las naciones del BRICS, incluida China, buscan construir nuevas instituciones económicas y políticas internacionales como un sustituto de la intromisión dominada por occidente que viene con sus créditos costosos. Los líderes del BRICS decidieron en su reunión en Durban en el 2013 establecer un banco de desarrollo internacional como alternativa al Banco Mundial. Su objetivo es unirse a las alternativas chinas para competir con el Banco Mundial para proveer acceso a créditos para proyectos de infraestructura en todo el mundo. Los estados miembros también establecerán un fondo de reserva contingente que permitirá retirar $100 mil millones en efectivo para futuras crisis fiscales.
Precisamente en la vía en que Estados Unidos domina el crédito a países subdesarrollados, China desea hacer lo mismo con sus diversos esquemas de banca para el desarrollo. De acuerdo al plan inicial de este banco, los países BRICS deben aportar balances equitativos. Ellos decidieron en la inversión inicial de 10 millones de dólares, pero China obviamente quiere invertir mucho más. Grandes inversiones equivalen a grandes devoluciones. Los países BRICS firmaron el acuerdo en una reunión del banco para reducir la dependencia del dólar estadounidense y el euro. El poder económico de China crece tan rápidamente como su economía, mientras que Estados Unidos retrocede y se desestabiliza. Esta competencia financiera aumentará, y con la competencia económica en la era del imperialismo, agravada por la crisis capitalista, inevitablemente resultará en una competencia militar.
Poder militar chino.
China no es solo una potencia financiera, sino también una fuerza creciente política y militarmente. Entre 2002 y 2011, China aumentó su presupuesto de defensa un 170%. De acuerdo al Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI), China actualmente tiene el segundo presupuesto militar más grande del mundo. Solo el gasto militar estadounidense supera al de China. China es la quinta potencia nuclear más grande del mundo después de Estados Unidos, Rusia, Gran Bretaña y Francia. El ejército chino se ha modernizado rápidamente durante la última década, y hoy mantiene una enorme capacidad de guerra ofensiva, adquiriendo todas las ventajas para que su armada y su ejército accedan por puntos estratégicos e islas. Las exhibiciones vistosas, como derribar satélites, han ocupado un lugar destacado. Según SIPRI, las empresas armamentísticas de China ocupan el cuarto lugar entre todos los competidores en el mercado de armas. China está desarrollando continuamente una capacidad militar comparable a la de Estados Unidos y otros países imperialistas. Los salarios pagados a una división de soldados en China y otros costos, incluyendo alimentos, hogares y entrenamiento, cuestan menos que en Estados Unidos. De manera similar, el coste de un tanque, jet o submarino de misiles en China es muy bajo en comparación a los Estados Unidos, Lo que significa que China puede equipar y entrenar a su ejército a un costo drásticamente más bajo que los EE.UU, compensando sus presupuestos de defensa aparentemente desequilibrados.
China está rápidamente expandiendo el desarrollo y la producción de aviones no tripulados o drones. Los drones de los oponentes son fácilmente contrarrestados con un sistema de misiles modernos. Para 2011 había 280 drones operativos en China utilizados en inteligencia, vigilancia pública, programas de reconocimiento militar y guerra electrónica.
La clave para entender la tasa de armamento de China es entender que entró en juego tarde como nueva potencia social-imperialista. Sus áreas vecinas están ya bajo la influencia de otras potencias imperialistas. Rusia está al norte y al oeste. Las amenazas más importantes para el sur y el este de China son Estados Unidos y Japón. China puede crear y expandir su esfera neocolonial de influencia en los países atrasados solo si supera a otros países imperialistas. El creciente conflicto entre China y los países vecinos de Japón, Corea del Sur, Vietnam y las Filipinas en los mares de China Oriental y Meridional debe entenderse en este contexto.
El déficit presupuestario estadounidense, así como los efectos persistentes de la crisis económica en los Estados Unidos y el mundo, continúan recortando el gasto militar estadounidense. En los países occidentales se están haciendo tales recortes. Siete países ya han reducido el gasto militar en más del 10 por ciento desde 2009: Gran Bretaña, Alemania, Francia, Italia, Países Bajos, Polonia y España – los principales fundadores de la OTAN en Europa. Quizás valga la pena señalar que el colapso de la Unión Soviética y su economía social-imperialista fue presagiado por una fuerte disminución del gasto militar.
Operaciones militares imperialistas chinas
En otros países, China ya interviene militarmente en diferentes formas. Mientras China aún no emerge en las grandes guerras imperialistas, ha estado apoyando activamente a los gobiernos locales en suprimir luchas revolucionarias, interviniendo en guerras civiles, rebeliones del pueblo, y en luchas de liberación nacional. Después de que el presidente de Chad, Idriss Deby, reconociera a Taiwán y comenzara a hacer negocios en el sector petrolero casi exclusivamente con Taiwán, China apoyó, tanto diplomática como militarmente, los levantamientos contra él. Desde entonces, China por lo visto ha ganado a Deby para su lado con inmensos sobornos. China interviene en muchos conflictos militares en el mundo. Por ejemplo, considere su papel en la guerra contra los TLET en Sri Lanka. China ha entregado estratégicamente armas nucleas a Pakistán para cambiar su suerte en el sur de Asia. Nepal y Afganistán están sujetos a intromisiones directas e indirectas. Otros aspectos de la política exterior imperialista china incluyen apoyo político y diplomático particular en África, asistencia militar, asesores militares en misiones diplomáticas extranjeras, así como la injerencia del personal militar. La mayoría de las ventas de equipo militar que China realiza son a regímenes que favorece. En este caso, los imperialistas de los otros países y los imperialistas de China no están en desacuerdo. China ya es uno de los estados imperialistas más activos. No es de extrañar que China se haya convertido en el tercer exportador de armas en 2012.
El ejército chino está desarrollando rápidamente características cercanas a las del imperialismo estadounidense, aumentando su capacidad para interferir en el extranjero, especialmente en los países atrasados. A medida que China desarrolle una red moderna de dominación imperialista, se verá envuelta en guerras abiertas fuera de sus fronteras, muy parecido a Estados Unidos.
China se unió a la ONU con un asiento permanente en el Consejo de Seguridad en 1971, y para 2005 China había enviado pequeñas cantidades de tropas a Liberia, Sahara Occidental, Sierra Leona, Costa de Marfil, y la República Democrática del Congo. El puerto de Gwadar de Pakistán (región de Baluchistán) y la base militar de Yibuti en el Océano Índico va a incrementar sus despliegues de 20.000 a 100.000. China mantiene una cooperación militar de alto nivel con al menos seis países africanos, incluidos Sudán, Argelia, Nigeria y Egipto, y les brinda capacitación para el hardware chino.
Social-imperialismo chino.
Al describir a los oportunistas renegados de la II Internacional, Lenin acuño la frase “socialismo en palabras, imperialismo en los hechos”. Los renegados revisionistas soviéticos también pasaron del revisionismo al social-imperialismo. Mao señaló que cuando la camarilla renegada revisionista tome el poder estatal en un país socialista, el resultado será el social-imperialismo, o la complicidad con el social-imperialismo.
La camarilla de renegados revisionistas chinos entró en el orden mundial capitalista con el “socialismo con características chinas” en sus labios. El revisionista Deng Xiaoping supervisó el desmantelamiento del socialismo, la transformación de las relaciones de producción socialistas en relaciones capitalistas, pero mantuvo el monopolio del poder del partido único, donde los monopolistas estatales gobiernan detrás de una máscara de “socialismo”. Bajo esta máscara, China se convirtió en social-imperialista. El PCCh todavía sigue con la farsa del “socialismo”. Hoy, la clase dominante hace pasar el sistema chino como “socialismo con características chinas”, pero las reformas económicas burguesas del Partido Comunista muestran que esta habladuría es una falsedad. Su “socialismo” es simplemente un desarrollo capitalista semi-planificado para lograr el objetivo de convertirse en un país imperialista moderno y rico para el 2050. La dirección del PCCh distorsiona el Marxismo-Leninismo-Pensamiento Mao Zedong para adaptarse a cualquier política que este objetivo requiera. Pero los revisionistas no pueden abandonar el socialismo como marco de referencia, porque perderían su único reclamo de legitimidad. La distorsión del socialismo por parte del PCCh engaña a las masas de los países subdesarrollados que tienen hambre de socialismo, todo en beneficio del social-imperialismo. Ninguna cantidad de empresas estatales cambiará eso.
No se equivoquen, el social-imperialismo chino está explotando los países atrasados exportando capital e invirtiendo mediante prácticas comerciales asimétricas mientras saquea sus recursos naturales. China está interviniendo en sus asuntos internos y buscando oportunidades para adquirir concesiones y bases militares. El imperialismo estadounidense es su principal rival. De esta manera, el social-imperialismo de China existe en relación directa y en proporción al imperialismo occidental: allí donde Occidente pierde, China gana y viceversa. El imperialismo con características chinas sigue siendo imperialismo y debe ser visto como tal.
La historia de las tensiones imperialistas, guerras, revoluciones y contrarrevoluciones.
Hoy, una severa crisis de sobreproducción desafía los límites del capitalismo a escala mundial. China es parte de la economía mundial como una fuente importante de mano de obra explotada, así como de inversión capitalista, tanto interna como externamente. Una cantidad significativa del crecimiento mundial se atribuye a la mano de obra explotada de las masas chinas. Cada fuerza imperialista no solo quiere competir con otras potencias imperialistas, sino que también busca atacar y reducir los salarios y el nivel de vida de los trabajadores, especialmente los trabajadores migrantes y semicoloniales. Las condiciones nuevas y desiguales se están intensificando en línea con los cambios relativos a la producción industrial, el capital de exportación, las exportaciones de mercancías y el estancamiento internacional. El desarrollo económico y político cada vez más desigual entre los países imperialistas agravará inevitablemente los enfrentamientos entre los mercados de suministro de materias primas de exportación. En los campos imperialistas rivales, aquellos que no pueden competir están siendo marginados, y la competición se intensifica por mercados rentables y en crecimiento en el mundo subdesarrollado.
Esta lucha intrínseca entre imperialistas ha llevado a una reorganización global en términos de poder económico. Esto finalmente conducirá a una guerra global. Como concluyó Lenin:
“Los capitalistas dividen el mundo, no por malicia en particular, sino porque el grado de concentración alcanzado les obliga a adoptar este método para obtener ganancias. Y lo dividen ‘en proporción al capital’, ‘en proporción de fuerza’, porque no puede haber ningún otro método de división bajo la producción de mercancías y el capitalismo. Pero la fuerza varía con el grado de desarrollo económico y político. Para comprender lo que está sucediendo, es necesario saber qué cuestiones resuelven los cambios de fuerza. La cuestión de si estos cambios son ‘puramente’ económicos o no económicos (por ejemplo, militares) es secundaria, que no puede afectar en lo más mínimo los puntos de vista fundamentales sobre la última época del capitalismo. Sustituir la cuestión de la forma de la lucha y los acuerdos (hoy pacíficos, al día siguiente belicosos nuevamente) por la cuestión de la sustancia de la lucha y los acuerdos entre asociaciones capitalistas es hundirse en el papel de un sofista.”
De acuerdo con la exposición de Lenin sobre el imperialismo, China está destinada a luchar globalmente con los imperialistas occidentales, particularmente económicamente, para proteger y proyectar la inversión china. Actualmente, las relaciones entre China y Occidente son cordiales, aunque tensas, pero esta es una situación temporal y particular. La competencia imperialista es permanente.
Estados Unidos tiene la intención de rodear a China con lacayos, fortaleciendo a sus aliados, incluyendo Japón e India. China está contrarrestando esta estrategia obsoleta proyectando su poder muy lejos, en África y el Océano Índico y otros lugares. China oficialmente declaró que su política extranjera es promover un mundo multipolar. En todos los frentes, China está desafiando la hegemonía y unipolaridad estadounidenses. Por ejemplo, en La Asociación Sudasiática para la Cooperación Regional (ASACR), se concedió a China como una “asociación especial” en la Zona de Libre Comercio del Sur de Asia. China también tiene acuerdos comerciales bilaterales con Brasil para el suministro de alimentos y materias primas.
La clase dominante estadounidense y sus aliados han librado guerras de agresión imperialista contra el pueblo de Afganistán e Iraq bajo el pretexto de los ataques del 9/11. La “Guerra contra el Terrorismo” internacional centra su ataque principalmente contra el mundo musulmán. Esto llevó a un creciente conflicto con China, hecho para frenar las nuevas operaciones de la Guerra Fría. Los Estados Unidos y sus aliados sienten que China, con buena razón, se beneficiará de las guerras destructivas libradas por Occidente, y que China podría incluso socavar los esfuerzos para desestabilizar naciones en la “esfera” china como Irán, Siria y Corea del Norte.
Estados Unidos continúa pataleando (sin saber qué hacer) en Irak y Afganistán, y la heroica resistencia del pueblo a la agresión imperialista continúa molestándolos. Estados Unidos está fallando en este sentido. La caída de los Estados Unidos en Afganistán y el Medio Oriente es una buena oportunidad para que el imperialismo chino entre en el actual marco de referencia mundial de manera consistente y permanente. Los Estados Unidos no tienen una estrategia consistente para combatir las ganancias chinas a su costa. Por ejemplo, después de la guerra de agresión liderada por Estados Unidos, China ha adquirido grandes contratos petroleros de Irak. A Estados Unidos le preocupa que China paralizara su posición como la economía más grande del mundo, mientras que su situación monetaria y el déficit presupuestario acechan al mismo tiempo que los recursos internacionales, políticos y económicos de China están creciendo. El Pentágono se siente cada vez más y más incómodo a medida que los gastos militares chinos aumentan año tras año, mientras el poder de Estados Unidos disminuye en todos los frentes.
El régimen estadounidense busca constantemente formas de aislar y superar la competencia china por los mercados. El Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (ATCE) fue uno de esos esquemas, un foro de libre comercio para todos los países de la Cuenca del Pacífico excepto China. Aunque Donald Trump canceló este acuerdo, es inevitable que tales acuerdos y esquemas sigan surgiendo. Dado que Japón y Corea del Sur no tienen permitido cancelar, declararon que continuarían cooperando bajo este marco. Dos alianzas competitivas económicas / políticas / militares lideran el sistema capitalista-imperialista global. La guerra comercial internacional ha sido anunciada por Estados Unidos y otros países imperialistas contra China en la OMC, aunque China todavía se compromete con otros países en explotar países atrasados utilizando marcos internacionales como la OMC. Todos los principales estados imperialistas que son parte de la OMC están violando sus reglas, continuamente engañando a los estados miembros y defraudándose mutuamente entre sí. Para apoderarse la cuota de mercado en mercados extranjeros, venden sus productos a los precios más bajos e inundan el mercado con productos. Los contratos con sus corporaciones garantizarán la asistencia militar. La corrupción está incorporada en la superestructura.
Como Estados Unidos, China también ha creado sus propias empresas libres independientes de sus rivales. Por lo tanto, China está intentando establecer alianzas económicas/políticas/militares contra los Estados Unidos y sus aliados cercanos. Un ejemplo es la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), mayormente obtenido entre China y Rusia, en la que esperan hacer de la OCS su bloque militar y BRICS su bloque económico.
Zona de Libre Comercio de la Ruta de la Seda, o Proyecto OBOR.
China y países del Asia Central como Kazajstán, Uzbekistán, Turkmenistán, Kirguistán y Tayikistán han establecido una Zona de Libre Comercio de la Ruta de la Seda. Para este propósito, se ha desarrollado un proyecto de infraestructura logística por iniciativa china, con inversión activa de Rusia. El Banco Asiático de Inversión en Infraestructura, Nuevo Banco de Desarrollo (anteriormente Banco BRICS) y el Fondo de la Ruta de la Seda proporcionan la mayor parte de la asistencia financiera para OBOR. En 2016, la Cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái apoyó plenamente a OBOR. OBOR no es un plan simple. El proyecto consta actualmente de seis corredores financieros que comienzan en China, y tiene como objetivo desarrollar rutas por carretera, ferrocarril y mar desde China a otras regiones asiáticas, África y Europa. Una vez que se completen estas rutas, la integración desde Asia Oriental al mercado europeo será completa.
La primera ruta desde Asia Central hasta Europa del Este, pasa por Kirguistán, Irán, Turquía y Grecia. La segunda ruta va desde Asia Central hasta Asia Occidental y el Mediterráneo. La tercera ruta pasará por Bangladesh, donde China espera formar un corredor de Bangladesh, China, India y Myanmar. El cuarto camino, el corredor CECP en Pakistán con su puerto crucial, conecta Gwadar con Xinjiang en China. Esto es conocido también como el Corredor Financiero de China. En la quinta ruta, una vía fluvial desde China irá a Singapur y Malasia, y a través de Singapur hasta el Océano Índico. El sexto será el corredor financiero de Mongolia. Estas seis líneas terrestres y fluviales forman parte del Área de Libre Comercio de Asia, que incluye a Nepal, Afganistán, Pakistán e Irán, con el objetivo de integrar todos los principales mercados de los continentes africano y europeo.
El 14 de mayo de este año, China organizó un seminario internacional sobre el Proyecto en Beijing. Asistieron ciudadanos de Asia, África, Europa y América del Sur. Muchos países, incluidos Estados Unidos y Japón, enviaron delegados. En resumen, OBOR es una parte muy importante en los planes de China y Rusia para eludir el control imperialista occidental de las rutas terrestres y marítimas, así como de los mercados y los accesos al crédito.
A nivel internacional, la influencia económica de China ha aumentado. Al financiar la deuda pública y privada de Estados Unidos, China ha obtenido muchas ventajas, incluyendo la insolación de las crisis económicas de las últimas décadas. Hay pocas oportunidades para los Estados Unidos de atacar o restringir a China. Estados Unidos y China se apoyan mutuamente en una serie de cuestiones, pero su rivalidad continúa y cada vez será más intensa y peligrosa.
Por el contrario, Rusia y China se benefician conjuntamente. Rechazan el sistema mundial unipolar, atlantista y buscan romperlo. Rusia, usando la fuerza sin temor a que las relaciones con los países occidentales puedan sufrir, se comporta constantemente bajo su único interés. Por ejemplo, Rusia ha decidido unilateralmente incluir Crimea. Crimea se separó de Ucrania en marzo de 2014 y se unió a la Federación Rusa sobre la base del referéndum local organizado por Rusia, una decisión condenada enérgicamente por las potencias occidentales. En noviembre del 2014, China anunció unilateralmente el establecimiento de su Zona de Identificación de Defensa Aérea (ZIDA) en el Mar de China Meridional. Advirtió a la comunidad internacional que deberían proporcionar una notificación antes de sobrevolar esa zona. Dos cazas chinos escaparon de las fuerzas de exploración de Japón en el área donde el ZIDA de Japón se superpone con el de China. En mayo de 2014, la CNOOC instaló plataformas petrolíferas en las aguas alrededor de las islas Paracel, que son disputadas por Vietnam, y comenzó a perforar en busca de petróleo. Las fuerzas navales participan y son el blanco de incidentes de embestida entre barcos militares y privados en estas aguas.
Rusia y China son potencias inexpugnables en Eurasia. Son estados miembro permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Se oponen repetidamente al control unilateral de Estados Unidos y los países occidentales sobre la política internacional. Rusia y China han utilizado su poder de veto en diferentes momentos desde el final de la Guerra Fría. Por ejemplo, los dos países se opusieron al uso de la fuerza militar en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en 1999 cuando estalló la guerra en Kosovo. Se opusieron a varias de las restricciones contra Corea del Norte, así como a la intervención en la guerra civil en Siria.
Las acciones tomadas por China en los mares del sur y este de China se basan en reclamos históricos de rutas, tierras e islas. Las declaraciones emitidas por China y Rusia indican que se oponen al unilateralismo actual de Estados Unidos. En mayo de 2014, Rusia, Bielorrusia y Kazajstán firmaron un acuerdo para establecer un bloque económico llamado Unión Euroasiática. Rusia pone una buena cantidad de acciones en la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) en asuntos militares. Rusia, Armenia, Bielorrusia, Kazajstán, Kirguistán y Tayikistán son signatarios. Las políticas de Rusia con respecto a Ucrania y otras regiones de la periferia de la Unión Europea están en línea con una agenda para el control de estas áreas en el futuro.
Desde que Hu Jintao llegó al poder, China se ha convertido en una gran fuerza naval. Desde el momento en que Xi Jinping llegó al poder, las consignas han sido “sueño chino” y “renacimiento de la nación china”. En junio de 2013, Xi Jinping, en una reunión cumbre con Obama, sugirió que la región del Pacífico podría proporcionar suficiente espacio tanto para China como para Estados Unidos. Xi ha revelado, a través de palabras y hechos, que el proyecto de China es dividir y gobernar la región del Pacífico entre Estados Unidos y China, con la esperanza futura del dominio exclusivo de China. En el marco de este proyecto, el Canal de Bashi entre las islas Y’Ami y Orquídeas, reclamadas por Filipinas y Taiwán respectivamente, puerta de entrada al Pacífico y ruta por la que los cables submarinos dan servicio a Asia, será un área estratégica de control. China debe establecer su dominio sobre el de los Estados Unidos sobre estas primeras islas de todo el Mar de China Meridional. En el futuro, China está ansiosa por construir una red base de asentamientos en las aguas que se extienden desde el Océano Índico dentro del rango del segundo grupo de islas, desde las islas Ogasawara hasta Guam. Por lo tanto, la situación en el Mar de China Oriental nos demuestra que el imperialismo de China continúa a buen ritmo, sobre todo como un intento de resolver cuestiones de reivindicación y soberanía en el Pacífico. China ha declarado deliberadamente que, si Estados Unidos quiere una cooperación más estrecha y una inversión más libre en ambos sentidos, debe abandonar Taiwán y dejar de intentar socavar a China en materia de derechos humanos. También deben aceptar el derecho de China a controlar el Tíbet. Esta es la verdadera relación entre China, Estados Unidos y las deterioradas potencias alineadas con Estados Unidos en Asia. Han surgido algunos desarrollos y tendencias importantes en el sector internacional.
Estos son:
- Desde la década de 1970, la inversión continua y la estanflación como parte de una crisis general en el oeste, que culminó en la crisis de préstamos hipotecarios de 2008 en los Estados Unidos financieramente debilitados. La competencia militar y política con Rusia y China ha alcanzado un pico no visto desde la caída de la Unión Soviética.
- En los países imperialistas, el proteccionismo económico, el racismo y el fascismo están aumentando.
- La competencia entre naciones imperialistas para robar los recursos de los países atrasados y sus mercados continúa, y esto enciende la competencia entre bloques imperialistas por el botín.
- El imperialismo estadounidense, la mayor superpotencia hasta ahora, está intentando mejorar su condición. El débil imperialismo de Rusia está tratando de mantener su influencia sobre su “exterior cercano” y su esfera comercial. Las contradicciones con el Oeste han alcanzado su nivel más alto hasta el momento, ya que China se ha convertido en un país imperialista y realizado serios esfuerzos para reorganizar los mercados mundiales. Las ecuaciones geopolíticas globales de todo el mundo siguen la creciente competencia entre Estados Unidos y China para volver a dividir el mundo. En menor medida, la competencia entre Alemania y Francia está aumentando por el dominio en Europa. Estos desarrollos reflejan la posición de los principales países imperialistas en el equilibrio de poder.
Aunque no hay una agenda de guerra directa entre Estados Unidos, China y Rusia en el futuro cercano, hay muchas guerras indirectas en la agenda. Estados Unidos está tratando agresivamente de rodear a Rusia y China, y solo China tiene los medios para maniobrar y eludir sus esquemas. La OTAN está librando una guerra en Afganistán, Siria, disparatadamente en África y en otros lugares. Competirá con Rusia por el Ártico. China recibe ultimátum diarios del bloque occidental. El bloque China/Rusia ya se ha convertido en una gran amenaza para la dominación estadounidense en la lucha imperialista por regular la distribución de petróleo y minerales clave con el fin de abastecer las crecientes necesidades del mercado del imperialismo chino.
Conclusión.
Las tres grandes contradicciones en el mundo se agudizan – el conflicto entre el imperialismo y los pueblos oprimidos; la contradicción entre la clase burguesa y la clase trabajadora en los países capitalistas e imperialistas; el desajuste entre países imperialistas y grupos capitalistas-monopolistas. La contradicción entre el imperialismo y las naciones oprimidas es la principal. Esta contradicción afecta ahora a todas las demás contradicciones y tendrá un efecto decisivo en la lucha de clases. Los pueblos de África, Asia y América Latina están despertando a la explotación imperialista, la persecución, la opresión, la agresión, el trauma, el insulto, el poder y la discriminación. La participación del pueblo en la lucha contra los imperialistas está creciendo. Los pueblos están luchando contra el imperialismo chino de innumerables formas, y las contradicciones entre el socialimperialismo y los pueblos oprimidos se intensifican, al igual que se intensifica la de la burguesía y la clase obrera en China. La liberación de las naciones oprimidas y la libertad de los pueblos exige – y nos llama – a revolucionar la lucha. De ahí que todas estas luchas se intensifiquen, hasta el fin del imperialismo o el fin de todos nosotros. En esta ocasión conviene recordar las palabras de Mao durante la Guerra Antijaponesa:
“El mundo marchará por el camino del progreso, y en modo alguno por el de la reacción. Desde luego, debemos permanecer muy alerta y tener en cuenta la posibilidad de que en el curso de los acontecimientos se produzcan de nuevo algunos zigzags temporales, inclusive algunos serios; en muchos países todavía son poderosas las fuerzas reaccionarias, que no quieren que los pueblos de sus propios países y de los demás se unan, progresen y se liberen. Quien pierda de vista esto cometerá errores políticos. Con todo, la tendencia general de la historia ya está definitivamente fijada, y de ninguna manera cambiará”.
Los esfuerzos de los imperialistas, sumados al disparate de los revisionistas, nos hicieron perder el campo socialista mundial, que incluía tanto a la Unión Soviética como a la República Popular China. Las condiciones son las mismas hoy que antes de octubre. Estamos solos. Por lo tanto, a pesar de los altos riesgos y desafíos, existen muchas oportunidades para allanar el camino hacia mayores posibilidades. Hay más oportunidades ahora que en el período histórico anterior. Sin lugar a dudas, la clase trabajadora mundial se enfrenta a muchos desafíos y tiempos peores que nunca, pero en general la situación podría ser una pequeña ceniza que puede provocar un incendio en la pradera en cualquier momento. La revolución armada se enfrenta a una contrarrevolución armada. Como estudiantes de Mao y la lucha histórica por el socialismo, somos conscientes de esto y lo aceptamos.
El capitalismo, hoy en su etapa más alta y decadente, continúa librando guerras agresivas contra países atrasados en todo el mundo. La plaga de la guerra, los disturbios y la guerra civil se propaga como un virus desde su corazón enfermo. Como parte de la competencia entre los imperialistas, la guerra mundial se está gestando mediante la formación de bloques económicos y militares para volver a dividir el mundo para sus propósitos. La agresión e intervención de los imperialistas son resistidas en todas partes por la guerra popular y revolucionaria de los trabajadores y pueblos oprimidos de la Tierra. A la luz de la ideología marxista-leninista-maoísta, las organizaciones del partido maoísta deben unir las luchas de las naciones oprimidas y las masas con el objetivo de acabar con todas las formas de opresión de las que surgen estas guerras. Se debe descartar la arrogancia nacionalista burguesa de los imperialistas y rechazar los esfuerzos por dividir los movimientos nacionalistas progresistas. Con el objetivo de provocar la revolución socialista mundial, la tarea de los revolucionarios es unir también a las clases media y trabajadora de los países capitalistas e imperialistas. La revolución de Nueva Democracia y la lucha de liberación nacional deben tener primacía en los países atrasados. Las contradicciones entre los imperialistas conducirán a la guerra mundial si la revolución no la detiene. Si estalla la guerra mundial, entonces los imperialistas se unirán sólo para sofocar la voluntad de paz del pueblo, utilizando métodos arcaicos y brutales de represión para salvaguardar su poder en peligro. Pase lo que pase, la revolución es la tendencia principal. Ningún poder en el mundo puede detenerlo.
¡Todos los trabajadores y pueblos oprimidos del mundo, uníos!
¡Que tiemble la burguesía ante una revolución comunista!
¡La resistencia de todas las naciones arruinará el imperialismo!
¡Abajo el socialimperialismo chino!
¡Abajo el revisionismo!
¡Viva la unidad de los partidos y organizaciones revolucionarias de todos los países!
¡La unidad de las instituciones y fuerzas democráticas revolucionarias antiimperialistas debe prosperar!
¡La unidad de los trabajadores del mundo, las naciones oprimidas y los pueblos oprimidos debe prosperar!
¡Viva la revolución obrera socialista mundial!
¡Viva el Marxismo-Leninismo-Maoísmo!
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