¡No al terrorismo! ¡Sí a la lucha revolucionaria de masas!

El rechazo del proletariado revolucionario a los actos terroristas, no tiene nada en común con los estridentes alaridos hipócritas de las clases dominantes y sus corifeos…

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El atentado con un carro bomba a la Escuela de Cadetes General Santander en Bogotá, que dejó varios muertos y más de medio centenar de heridos, ocasionó el rechazo general de los representantes de la burguesía, la pequeña burguesía y los medios de comunicación. Rechazo al cual se han sumado algunos representantes de organizaciones de masas y medios independientes. Aunque no se sabe quién está detrás del mismo, los comunistas revolucionarios en calidad de auténticos representantes del proletariado, también rechazan este nuevo acto terrorista pero por razones muy distintas a las aludidas por los enemigos del pueblo colombiano.

El rechazo del proletariado revolucionario a los actos terroristas, no tiene nada en común con los estridentes alaridos hipócritas de las clases dominantes y sus corifeos, quienes, en palabras del presidente Duque, arguyeron que éste era “un ataque contra la sociedad”. El verdadero ataque contra la sociedad lo están cometiendo ellos, quienes ejercen el más grande reino de terror en la historia y cuya paz mentirosa ha significado para el pueblo nuevas masacres, asesinato de dirigentes sociales, defensores de “derechos humanos”, reclamantes de tierras y nuevos desplazamientos forzados.
Los comunistas revolucionarios rechazan este tipo de actos terroristas que cuando no son orquestados por las facciones más derechistas de las propias clases dominantes, son protagonizados por revolucionarios de la pequeña burguesía, quienes en sus desespero tratan de sustituir la lucha revolucionaria de las masas, por la “lucha” de un “puñado de individuos” separados de ellas, que posan de “salvadores” y dicen “luchar por las masas y el pueblo”. Las masas y el pueblo no necesitan esos supuestos salvadores, ni gentes que “luchen por ellos”. Tales “salvadores” solo obstaculizan su lucha, dispersan sus esfuerzos, desorganizan el movimiento y, por el contrario, en lugar de contribuir a la lucha revolucionaria, sirven de pretexto a los reaccionarios para criminalizar el movimiento y justificar sus medidas antiobreras y antipopulares.

El atentado del 17 de enero en Bogotá le sirve al Gobierno de Duque y al uribismo para imponer nuevas medidas represivas contra el movimiento social y seguir justificando la criminalización de la protesta social, ya sindicada por el chafarote Ministro de Defensa de ser “auspiciada y promovida por grupos al margen de la ley”; argumento que sirve a la vez para amparar la actividad criminal de los grupos paramilitares e intensificar el asesinato de dirigentes obreros y populares. Algo muy conveniente para el Gobierno en momentos en que trata de imponer la Agenda Empresarial de los grandes monopolios.

El movimiento obrero y popular no debe dejarse deslumbrar por los actos terroristas, ni unirse a las clases dominantes, cuyos chillidos contra el terrorismo son una cortina de hipocresía para ocultar su terror estatal que a diario asesina compañeros dirigentes del pueblo, para adormecer la conciencia de los trabajadores y disuadirlos de enfrentar con la lucha revolucionaria las medidas reaccionarias. Por el contrario, debe arreciar la unidad, organización y lucha de las masas trabajadoras en preparación del Paro Nacional Indefinido que frene ahora la voracidad y criminal dictadura de los explotadores; este camino contribuye a prepararse para desatar la insurrección que en el futuro le permitirá conquistar el poder y poner fin a la explotación asalariada y al terror dictatorial de los enemigos del pueblo colombiano.

Comité de Dirección – Unión Obrera Comunista (mlm)
Enero 17 de 2019

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