Acerca de la Declaración Conjunta: “¡Vivan los 200 años del nacimiento del gran Carlos Marx!”
Con fecha febrero
de 2018 recibimos una declaración titulada Vivan
los 200 años del nacimiento del gran Carlos Marx, firmada por siete
organizaciones de igual número de países.
Manifestamos
nuestro reconocimiento al trabajo que implica la elaboración de un comunicado
conjunto, en pro de avanzar cada vez más en la unidad de los comunistas
revolucionarios hacia una nueva Internacional Comunista. Cada esfuerzo en ese
propósito debe ser un motivo de alegría y emulación para allanar el camino
hacia ese salto cualitativo que requiere el Movimiento Comunista Internacional.
Respecto a su
contenido, la exaltación de Carlos Marx gran maestro del proletariado mundial,
es totalmente válida y muestra en varios aspectos las enormes cualidades y
aciertos de su obra, que se convirtió en poderoso faro de las mentes
revolucionarias desde el siglo XIX y hoy es parte inseparable y fundamental de
todo el arsenal teórico al servicio del proletariado, clase de vanguardia en la
lucha revolucionaria contra la anacrónica sociedad capitalista y en su dirección
por el camino de la construcción del socialismo y el comunismo en toda la
tierra.
Igualmente correcta
es la condena hecha al revisionismo y al oportunismo como enemigos furibundos
de Marx y del marxismo, así como la crítica a quienes pretenden mostrar facetas
parciales de su teoría y obra pretendiendo mellarle el filo revolucionario viendo
en Marx a un “elocuente académico” y no como en verdad fue, un jefe político de
la clase obrera y adalid de la lucha contra todo el orden burgués existente.
Especial importancia reviste en este sentido, la condena a Avakian y Prachanda
jefes e ideólogos del revisionismo en su forma actual más peligrosa para la
unidad del Movimiento Comunista Internacional, toda vez que desde las propias
entrañas del extinto Movimiento Revolucionario Internacionalista, abanderó como
propias, teorías burguesas y socialdemócratas a nombre de un “nuevo” desarrollo
del Marxismo, llevando a una temporal, pero enorme confusión entre los
revolucionarios en muchas partes del mundo.
Reconocer estas
cualidades de la Declaración aludida, debería ponernos en la misma trinchera de
combate a todo el resto de organizaciones y partidos que levantamos la bandera
del Marxismo-Leninismo-Maoísmo, de la construcción del Partido del proletariado
en cada país como parte de una nueva Internacional Comunista, de la alianza
obrero-campesina para destruir el viejo orden mediante la Guerra Popular, y de
la inevitable necesidad de un nuevo Estado de Dictadura del Proletariado.
Sin embargo, esto
de compartir una misma trinchera de combate, de hecho no es aceptable por quienes
firman la Declaración, pues tienen una base de unidad que va más allá, lo cual
se evidencia en diversos pasajes del mismo documento donde expresan sus posiciones
sobre la situación actual, y en general los fundamentos de su línea ideológica
y política, sin un solo llamado a la lucha ideológica entre los marxistas
leninistas maoístas, desconociendo las divergencias existentes desde hace años y
que por cierto son el obstáculo principal para la unidad en una nueva Internacional
Comunista, si se entiende por ésta, la unidad de principios, la unidad de los
marxistas leninistas maoístas en deslinde claro y profundo con toda forma de
oportunismo.
Podrá decirse que
no tiene mayor importancia reconocer esta realidad en el documento, posición
que resultaría completamente incoherente con la conmemoración de los 200 años
del nacimiento del gran Carlos Marx, quien fue ejemplo en la forma y el método de
enfrentar la lucha por la unidad de los comunistas demoliendo las teorías
incorrectas algunas levantadas incluso por otros reconocidos dirigentes de la clase
obrera. El ejemplo de Marx fue seguido por Engels, Lenin, Stalin y Mao, grandes
maestros continuadores de su obra, cuyas batallas teóricas dieron fundamento a
la construcción de poderosos Partidos e Internacionales dotados de una sólida base
de unidad, impensable sin el reconocimiento de las divergencias y el desarrollo
profundo de la discusión.
Lamentablemente,
el documento pasa por alto esa realidad de los marxistas leninistas maoístas, y
transpira la idea de que todo desacuerdo con sus planteamientos, es oportunismo
revisionista.
En consecuencia,
quienes suscriben la Declaración sustituyen el debate sobre divergencias
legítimas entre los marxistas leninistas maoístas por el ataque rastrero y la
tergiversación, tal como se deduce del siguiente párrafo:
“Hoy osan levantar a Marx
en contra de la validez universal de la guerra popular. Plantean que en
algunos países no hay condiciones para iniciar la guerra popular -o revisan el
concepto de guerra popular para dejarlo como huelga política de masas o
insurrección- y que preparar el inicio sería voluntarioso, aventurero o
aislado del movimiento de masas. Marx criticó duramente aquellos revolucionarios desesperados que se
lanzaban a combates sin las masas creyendo que “el motor de la revolución no es
la realidad, sino la voluntad”[1].
Pero precisamente la realidad no es estática. El desarrollo histórico y
político ha conducido a situación revolucionaria en desarrollo desigual y a la
ofensiva estratégica de la revolución proletaria mundial, situación que exige
la reconstitución/constitución
de partidos comunistas militarizados para iniciar lo más pronto guerras
populares. Quienes predican hoy la huelga política de masas y la
insurrección como estrategia de la revolución -así unos lo denominen estrategia
de la guerra popular para los países imperialistas- son quienes niegan en
verdad las exigencias de la realidad y defienden el consabido camino
oportunista de la acumulación pacifica de fuerzas, antesala del cretinismo
parlamentario”.(s.n.)
No es un secreto que la Unión Obrera Comunista
(mlm) de Colombia, es la organización cuya Táctica,
reconoce la realidad objetiva de las
huelgas políticas de masas como la forma principal de lucha en el período actual
de la lucha de clases en el país[2]; incluida la precisión de
que el actual período no es un período de crisis revolucionaria
pre-insurreccional sino de ofensiva táctica dentro de la defensiva estratégica,
un período de preparación, organización y acumulación de fuerzas. Tampoco es
secreto que la Unión Obrera Comunista (mlm) plantea en su Estrategia, que la vía de la
revolución socialista en Colombia, es la guerra popular como forma superior de
la lucha política de las masas, en la cual y como parte de la cual, el desarrollo más probable será una gran
insurrección que alcanzará todo el país y tendrá como centro las principales
ciudades[3].
Estas son posiciones públicas de la organización, pues muy lejos estamos de
considerar, la línea en materia de programa, estrategia y táctica, como “un
secreto de intelectuales”, inalcanzable e inaprensible para las terrenales
masas del pueblo.
Pero endilgar afirmaciones como que “la huelga
política de masas es la estrategia de la revolución”, o “el reemplazo de la
guerra popular” es francamente una burda tergiversación, por cierto, un método
muy propio de los oportunistas para pasar sus contrabandos ideológicos.
Si se tiene en cuenta que públicamente hemos
presentado al movimiento comunista nuestras divergencias principales, y expresamente
a los Camaradas firmantes de la Declaración les hemos propuesto discutirlas
como contradicciones en el seno del pueblo, sobre la base de unidad que
objetivamente tenemos al enfrentar en común al peligro principal para la unidad
internacional de los comunistas, el revisionismo avakianista, si se tiene en
cuenta esto, el que tales Camaradas de varias organizaciones hayan acudido a la
tergiversación en una Declaración conjunta, es deplorable, es una respuesta
rastrera, visceral, inaceptable; es una acusación montada sobre falacias y cobarde
contra la Unión Obrera Comunista (mlm) sin mencionarla, que desdice de la
sinceridad en sus propósitos de lucha por reconstruir una Internacional
Comunista.
El fenómeno de las Huelgas Políticas de Masas, más
allá de la realidad objetiva del desarrollo de la lucha de clases en Colombia, existe
obviamente en otras partes del mundo e incluso se ha presentado con extraordinarias
explosiones en los países donde luchan los Camaradas firmantes de la
Declaración, como la forma de las confrontaciones de masas que sobrepasan los
límites de las reivindicaciones parciales de un sector para enfrentar políticas
generales de los Estados, con connotaciones en muchos casos violentas en las
luchas de las masas contra las fuerzas armadas de los Gobiernos. No reconocer
ese fenómeno con el nombre exacto de Huelgas Políticas de Masas —no inventado
por nosotros, sino aprendido del movimiento comunista en Rusia— sería
discutible y se reduciría a una divergencia nominal y secundaria. Pero desconocer
la existencia objetiva del fenómeno por el hecho de no ser movimientos de masas
armados, sí que es una divergencia importante frente a la concepción marxista
materialista dialéctica de la lucha de clases, en lo cual Lenin ya se burlaba
de los revolucionarios “inventores” de las formas de lucha, y los comunistas
rusos fustigaban a sus contemporáneos que también cerraban los ojos ante el
fenómeno objetivo[4].
Como se ve ¡la discusión es bastante vieja Camaradas!
Y lo de revisar
el concepto de guerra popular para dejarlo como insurrección, es ya una
discusión de otro calado. En primer lugar, afirmar que “se reduce el concepto
de guerra popular a insurrección” es como ya se dijo una fea tergiversación en
cuanto a las posiciones defendidas por la Unión Obrera Comunista (mlm). En
segundo lugar, esto de antagonizar la guerra popular y la insurrección es una
divergencia que consideramos existe entre los marxistas leninistas maoístas, y
es de vieja data. En Colombia desde la época de la Revista Contradicción (publicación
marxista leninista maoísta de los años 90 del siglo XX) se refutó el estropicio
de levantar una muralla china entre la guerra popular y la insurrección. Y ¡oh
casualidad! la lucha fue contra el Grupo Comunista Revolucionario, cofundador
del extinto MRI, en ese entonces defensor acérrimo del Pensamiento Gonzalo, y
hoy acólito del pontífice Avakian.
También la Unión Obrera Comunista (mlm) terció
en ese debate[5] y
no solo sobre esa falsa y artificial disyuntiva entre guerra popular e
insurrección, sino también sobre otra de las cuestiones aludidas en el párrafo
de la Declaración citado arriba, la del inicio de la guerra popular,
aprehendiendo la experiencia del viejo PC de Colombia (ML) en la época de la
transición de la predominancia semi-feudal a la predominancia capitalista en
las relaciones sociales de producción, cuando el inicio de una guerra popular
prolongada fue ahogado en su cuna por una línea oportunista de “izquierda” que
rompió la relación entre la lucha armada y el movimiento de masas. Así mismo,
desde el año 2001 se planteó el debate sobre los dos tipos de preparativos para la guerra popular: el de
reducirlos a los aspectos casi que puramente militares inmediatos —el quehacer
de los maoístas pensamiento Gonzalo desde hace 40 años en Colombia—, y quienes
consideramos que la construcción del Partido es la tarea central de los
comunistas por ser este el dispositivo principal y más importante en la
preparación de la guerra popular que sin el apoyo en las fuerzas reales y
principales de la revolución, las masas obreras y campesinas, no pasará del
voluntarista deseo de intelectuales, no irá más allá del foco guevarista bien
conocido en Colombia. No son los comunistas quienes inventan artificialmente
las formas de lucha de las masas, éstas existen objetivamente y sin ellas el
Partido de los comunistas no podría cumplir su papel en cuanto a las
condiciones subjetivas, pues “Si existe
un partido bien organizado, una huelga puede convertirse en una demostración
política, en una victoria política sobre el gobierno. Si existe un partido bien
organizado, la insurrección en una localidad aislada puede transformarse en una
revolución triunfante. Debemos recordar que la lucha reivindicativa contra el
gobierno y la conquista de ciertas concesiones no son otra cosa que pequeñas
escaramuzas con el adversario, ligeras refriegas en las avanzadillas, y que la
batalla decisiva está por venir”. (Lenin - Tareas urgentes de nuestro
movimiento).
Desafortunado que los Camaradas firmantes de la
Declaración hayan reivindicado de hecho el sofisma del Grupo Comunista Revolucionario, del antagonismo entre la guerra
popular y la insurrección, y más
desafortunado cuando hace pocos meses terciaron —algo tímidos— pero terciaron
en defensa de la vigencia de la gran Insurrección de Octubre. ¿Acaso en tan
poco tiempo han reconsiderado esa posición? ¿O fue por llenar la apariencia y
no quedar en el mismo bando de los “amigos lejanos” de la Revolución de Octubre
para quienes ese ciclo se cerró?
Existen otras aseveraciones deleznables en la Declaración, tales como
sobre el problema de la acumulación de fuerzas cuestión ésta, sobre la cual los Camaradas
firmantes de la Declaración hacen la cegarra afirmación “el consabido camino
oportunista de la acumulación pacífica de fuerzas, antesala del cretinismo
parlamentario”, de la cual no solo se deduce la verdad de que, para el
oportunismo cuya estrategia es remodelar el viejo Estado mediante la transición
pacífica, la acumulación de fuerzas se
reduce a la lucha electoral y al cretinismo parlamentario. Pero también se
deducen erróneas concepciones, tales como: creer que el oportunismo solo
acumula fuerzas pacíficamente ¡falso!, también lo hacen con la lucha armada,
basta ver el cuadro de la actual lucha guerrillera en Colombia por no citar más
allá de las fronteras; creer que la acumulación
de fuerzas debe ser solo y exclusivamente armada ¡falso!, estratégicamente
esa es la forma principal y determinante para el triunfo de la revolución, pero
jamás la táctica leninista renuncia a la acumulación
de fuerzas cuando el movimiento objetivo de masas todavía no ha alcanzado
las formas superiores de lucha y organización revolucionarias, sin que se
entienda que lo puede lograr por sí mismo espontáneamente.
Llama la atención, que dentro de los firmantes de la Declaración se
encuentre la Organización
Maoísta para la Reconstitución del Partido Comunista de Colombia, que con seguridad ha podido leer en español y con
atención los documentos y publicaciones de la Unión Obrera Comunista (mlm), y sabe
que están afirmando falacias en los problemas señalados. Pero no nos parece extraño recibir este tipo de
aguijonazos de los queridos Camaradas que amablemente nos invitaron al evento
de conmemoración en Brasil del 50 aniversario de la Gran Revolución Cultural Proletaria
China, y estando allí nos trataron como perros, no en su hospitalidad
camaraderil, sino en uno de los eventos donde presentamos la Propuesta de formulación de una Línea
General para la Unidad del Movimiento Comunista Internacional[6], método sectario
pequeñoburgués que al reafirmarse ahora, empaña el correcto contenido de la
Declaración.
Justamente, forma parte de esa Propuesta,
además del aspecto central que es el deslinde con el revisionismo y sus
variantes, la formulación integral de las divergencias que consideramos existen
entre los marxistas leninistas maoístas enemigos del revisionismo avakianista,
en particular las divergencias con Camaradas del matiz maoísta pensamiento
Gonzalo, que representan los firmantes de la Declaración.
Reconocemos que existen dos tipos de
divergencias en el seno de los marxistas leninistas maoístas, las surgidas en
cuanto a la defensa de los principios y de la experiencia histórica del
Movimiento Comunista Internacional (por ejemplo, en cuanto a las leyes de la
dialéctica, a la teoría del partido, a las formas de lucha, a la vigencia de la
Revolución de Octubre, la herencia de la III Internacional, la defensa de
Stalin, el desarrollo íntegro y dialéctico del Marxismo Leninismo Maoísmo,….) y
las discrepancias devenidas del análisis concreto de la situación actual y la
aplicación de una línea marxista leninista maoísta para transformarla (por
ejemplo, el problema del capitalismo en los países oprimidos, la contradicción
principal mundial en la actualidad, el peso mundial del proletariado, la guerra
popular en los países imperialistas,…).
Consideramos que estas divergencias son
discusiones legítimas entre comunistas, dado el estado de confusión en el
movimiento, pues no por casualidad, teorías y posiciones hoy defendidas por
Camaradas maoístas son comunes a posiciones del avakianismo y hasta del
guevarismo que es una corriente por fuera del marxismo. Aun así, tales
coincidencias debemos tratarlas diferenciadamente, con Avakian en la colina de
Sian, con los marxistas leninistas maoístas en la colina de Yenán, para
utilizar la conocida analogía del Presidente Mao. De ahí, que en coherencia y
consecuencia con el método marxista leninista maoísta para tratar las contradicciones
en el seno del pueblo, defendemos el método de la Unidad – Lucha – UNIDAD para enfrentar
nuestras discrepancias; método que presupone discusión, lucha teórica,
persuasión, ¡entre comunistas! no con oportunistas como sí es el trato con el
otro tipo de divergencias que nos enfrentan al revisionismo avakianista.
La ligereza de los Camaradas firmantes de la
Declaración, nos ha obligado a hacer esta réplica, sobre todo a ese
desconcertante párrafo donde concentraron su artillería contra posiciones que
defiende nuestra organización, pero que resultó ser un verdadero cañonazo con
pólvora mojada. Y hacemos pública nuestra protesta obligados por el carácter
público de la Declaración, pero también porque ante una situación similar luego
del maltrato en Brasil, a una carta privada enviada a los participantes, solo
una organización se dignó dar una respuesta. Su ataque Camaradas, aunque
desleal y ramplón, no nos arredra, nos endurece más el cuero, para jamás ceder un milímetro en cuestiones de principio, pero sí toda
nuestra voluntad para tratar las discrepancias como Camaradas.
Comité de Dirección
XI Asamblea - Unión Obrera Comunista (mlm)
Colombia, 24 de
abril de 2018
[1] Intervención de K. Marx en sección del Comité Central de la Liga de
los Comunistas 1850, citada por Franz Mehring en Karl Marx, el fundador del
socialismo científico.
[2] Ver Situación Actual Táctica
Revolucionaria y Tareas de los Comunistas http://www.revolucionobrera.com
[4] “Por lo tanto, si algo nos
enseña la Revolución Rusa, es, sobre todo, que la huelga de masas no se
“fabrica” artificialmente, que no se “decide” al azar, que no se “propaga”; es
un fenómeno histórico que, en un momento dado, surge de las condiciones
sociales como una inevitable necesidad histórica. Por lo tanto, no se puede
entender ni discutir el problema basados sobre especulaciones abstractas sobre
la posibilidad o la imposibilidad, sobre lo útil o lo perjudicial de la huelga
de masas. Hay que examinar los factores y condiciones sociales que originan la
huelga de masas en la etapa actual de la lucha de clases. En otras palabras, no
se trata de la crítica subjetiva de la huelga de masas desde la perspectiva de
lo que sería deseable, sino de la investigación objetiva de las causas de la
huelga de masas desde la perspectiva de lo históricamente inevitable”. Rosa
Luxemburgo.
[5] Ver Revista Negación de
la Negación 1, subtítulo Guerra
Prolongada vs. Insurrección: un sofisma del Grupo Comunista Revolucionario de
Colombia -GCR- página 46.
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