8 y 9 de junio: Día del estudiante caído y revolucionario


 


El día 8 y 9 de junio se conmemoran por dos acontecimientos distanciados en años, pero que tienen relación entre sí. A fines de la década de

los años 20 el país se vio atravesado por fuertes luchas obreras que dieron los primeros pasos para que el proletariado avanzara en sus gestas heroicas, una de esas luchas terminó en la masacre de las bananeras entre el 5 y 6 de diciembre de 1928 en Ciénaga Magdalena, dicha masacre fue llevada a cabo por el gobierno conservador de Abadía Méndez y buscó aplastar a los obreros, que siguieron luchando posterior a la masacre. El 8 de junio de 1929 en Bogotá los estudiantes universitarios en una muestra de solidaridad con los trabajadores asesinados y en rechazo al gobierno despiadado y pro-imperialista, salieron a las calles a protestar, llegando a la Casa de Nariño fueron recibidos a bala por la Policía Nacional. Allí cayó Gonzalo Bravo Pérez, un estudiante de cuarto año de Derecho de la Universidad Nacional, considerado el primer mártir del movimiento estudiantil colombiano.

Desde ese momento el 8 de junio se convirtió para los estudiantes en una fecha de conmemoración y lucha, en donde se recordaba el asesinato de varios jóvenes estudiantes a manos del Ejército colombiano, institución enemiga del pueblo, y donde también se buscaba rescatar la tradición de lucha revolucionaria que ha tenido el movimiento estudiantil.


 

Los estudiantes todos los años iban a visitar la tumba de Gonzalo en el Cementerio Central de la calle 26. Pero el 9 de junio de 1954, después de visitar la tumba, los estudiantes iban de regreso a la universidad y cuando se acercaban a la entrada de la calle 26, apareció la Policía para tomarse la institución educativa. Los estudiantes resistieron y en retaliación los policías abrieron fuego, en ese momento fue asesinado Uriel Gutiérrez, alumno de cuarto año de Medicina, y segundo año de Filosofía. Ese vil asesinato suscitó el rechazo de los estudiantes que marcharon hacia el palacio presidencial. En respuesta el dictador Rojas Pinilla ordenó reprimir la movilización mientras llamaba al Batallón Colombia, que recién había llegado de la guerra de Corea y habían sido entrenados por los imperialistas gringos. No obstante, los 10.000 estudiantes que pertenecían a las Universidades Nacional, Javeriana, Externado, Andes, Libre, el Rosario, Gran Colombia, América; y algunos alumnos de bachillerato, lograron llegar y resistir en la calle 13 entre carrera octava y séptima. En horas de la tarde llegaron los militares del Batallón Colombia y abrieron fuego contra toda la masa estudiantil, asesinando a nueve estudiantes:

-Álvaro Gutiérrez Góngora

-Hernando Ospina López

-Jaime Pacheco Mora

-Hugo León Velásquez

-Hernando Morales

-Elmo Gómez Lucich, era peruano y activista de la Juventud Comunista.

-Jaime Moore Ramírez

-Rafael Chávez Matallana

-Carlos J. Grisales

Los heridos superaron los veinte; uno de los estudiantes asesinados Jaime Pacheco Mora, fue perseguido hasta la Avenida Jiménez y en ese lugar lo mataron los mercenarios.

A mediados de la década de los sesenta la influencia del marxismo comenzó a darse no solo en el movimiento obrero y campesino, sino en las universidades; muchos profesores, artistas, intelectuales de la burguesía y estudiantes universitarios tomaban la teoría comunista como referencia para el análisis de la sociedad.

Asimismo, la lucha revolucionaria tomó fuerza en el país y muchos estudiantes dejaron las aulas para coger el fusil, tal es el caso de Libardo Mora Toro, quien había sido campeón nacional de atletismo y estudiante de Derecho de la Universidad Libre de Bogotá, dejó de lado su proyecto académico para destacarse como miembro del Comité Central del Partido Comunista Colombiano (Marxista Leninista) y en el Ejército Popular de Liberación (EPL), cayendo en combate contra el Ejercito del Estado burgués en 1971. En esa década el día del estudiante caído adquirió un carácter revolucionario.

A pesar de esta tradición de lucha revolucionaria por parte de los estudiantes, y que muchos sinceramente buscan la revolución en Colombia, al ser parte de un sector social que al acceder a la educación superior ven en esto una forma de ascender socialmente, sumado a la influencia de las fuerzas políticas reformistas, son conducidos hacia un barranco; bajo discursos románticos, sin un método, estructura y programa revolucionario, se termina generando frustración entre estos jóvenes y una rendición para luego ser arrastrados por la politiquería o comodidades de una vida pequeño burguesa.

Por eso, el llamado es que los estudiantes que siguen luchando y están dispuestos a poner sus conocimientos al servicio de la revolución socialista se unan a las filas de un verdadero destacamento del proletariado revolucionario, para eso deben abandonar sus intereses personales y de ascenso social; necesitan unirse al movimiento obrero y campesino; asumir los intereses de la clase obrera, que es la mayoría en Colombia, y muchos estudiantes provienen de esta clase social. El sendero que deben caminar los jóvenes universitarios es hacia el socialismo, la única solución a los problemas que nos aquejan a diario como pueblo oprimido y explotado.

¡Viva el Día del Estudiante Caído y Revolucionario!

¡Gloria eterna a los mártires del movimiento estudiantil!

¡Vivan los estudiantes que luchan al lado de los trabajadores!

 

 

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