UN TRIUNFO FAMÉLICO DE LA DEMOCRACIA BURGUESA
Culminada la primera vuelta electoral, “¡triunfó la democracia!” fue el pronunciamiento unísono de todas las campañas, incluso las tendidas en el camino por los escasos votos obtenidos. “¡53% de participación!” fue el trofeo de ese “triunfo”. “¡Derrotada la abstención!” vociferaron jubilosos todos los protagonistas y bufones de la farsa, que además tienen el cinismo de llamar irresponsables a los abstencionistas electorales. ¿Triunfó la democracia? Sí, la de los ricos y los poderosos que obnubilan al pueblo con la falsa idea de que existe democracia pura, al servicio de toda la sociedad y por encima de las clases. Mentira labrada durante siglos, infundida por todos los medios, voceada por todas las clases amamantadas por el poder político de los capitalistas, pues sin ella los explotadores no podrían legitimar su dictadura de clase. La democracia burguesa oculta que en el capitalismo son las clases económicamente dominantes quienes tienen el poder y los medios para indu