En estos tiempos, la burguesía y los terratenientes, clases explotadoras aliadas y apadrinadas por los saqueadores imperialistas, usan a fondo su poder económico y político, para sumir al pueblo en el sopor de la “paz social”, en el sueño de confiar su futuro inmediato a la suerte de lo que pase en la farsa electoral del 2018 y esperar pasiva y resignadamente que sus problemas los resuelvan sus propios explotadores cuya fuente de vida es succionar el sudor, sangre y desgaste de los trabajadores. Esas clases explotadoras dominantes, desde siempre han manejado los destinos del país conduciéndolo a una profunda crisis social donde solo unos muy pocos acumulan la riqueza producida por el trabajo de la sociedad. De ahí que no escatimen esfuerzos para mantener sus privilegios: leyes y reformas anti-obreras y anti-populares que aumentan el beneficio de la explotación, leyes y códigos policiales que endurecen la dictadura de los ricos, acuerdos y componendas con los jefes colaboracion...